LA GUARDIA VAREGA: LOS TEMIBLES GUARDIANES ESCANDINAVOS DEL IMPERIO ROMANO DE ORIENTE.
LA GUARDIA VAREGA: LOS TEMIBLES GUARDIANES ESCANDINAVOS DEL IMPERIO BIZANTINO
La Guardia Varega fue una de las unidades militares más emblemáticas y temidas del Imperio romano. Compuesta principalmente por guerreros escandinavos y más tarde eslavos, esta guardia de élite sirvió como la escolta personal del emperador bizantino durante siglos. Su lealtad, ferocidad y habilidades en combate los convirtieron en una pieza fundamental del ejército bizantino y en un símbolo de la relación entre Bizancio y los pueblos nórdicos y eslavos. En este artículo, exploraremos los orígenes, la estructura, el papel en la historia y el legado de la Guardia Varega.
ORÍGENES DE LA GUARDIA VAREGA
La historia de la Guardia Varega se remonta al siglo IX, cuando los primeros comerciantes y guerreros escandinavos comenzaron a establecer rutas comerciales a lo largo de los ríos de Europa del Este. Estos vikingos, conocidos como Rus, fundaron la Rus de Kiev y mantuvieron relaciones comerciales y militares con Bizancio. Sin embargo, fue en el siglo X cuando la Guardia Varega se convirtió en una institución permanente dentro del Imperio Bizantino.
Rus de Kiev. |
En el año 988, el príncipe Vladímir I de Kiev adoptó el cristianismo ortodoxo y estableció una alianza con el emperador bizantino Basilio II. Como parte de esta alianza, Vladímir envió un contingente de 6,000 guerreros varegos para ayudar a Basilio II en su lucha por consolidar su poder. La habilidad y disciplina de estos guerreros impresionaron al emperador, quien los incorporó como su guardia personal, estableciendo así la legendaria Guardia Varega.
RECLUTAMIENTO DE LA GUARDIA VAREGA
El reclutamiento de los varegos se realizaba principalmente en Escandinavia, donde guerreros experimentados buscaban fortuna y gloria sirviendo en Bizancio. A medida que la influencia vikinga disminuyó, el reclutamiento se amplió a otras regiones, como la Rus de Kiev y más tarde Inglaterra, donde exiliados anglosajones se unieron a la Guardia después de la conquista normanda en 1066.
Para unirse a la Guardia Varega, los reclutas debían demostrar habilidades excepcionales en combate, así como un compromiso inquebrantable con la lealtad al emperador bizantino. Muchos eran mercenarios que buscaban servir a cambio de grandes riquezas, ya que la Guardia era bien pagada y tenía el privilegio de recoger parte del botín tras las campañas militares. Además, los reclutas debían hacer un juramento solemne de fidelidad al emperador, lo que los convertía en una fuerza más confiable que las tropas locales, a menudo propensas a intrigas y rebeliones.
LA COMPOSICIÓN Y ENTRENAMIENTO DE LA GUARDIA VAREGA
Los varegos eran seleccionados de entre los mejores guerreros escandinavos y eslavos. Se destacaban por su imponente estatura, su destreza en el combate y su lealtad inquebrantable al emperador. A diferencia de otras unidades militares bizantinas, la Guardia Varega tenía un alto grado de autonomía y era directamente responsable ante el emperador, lo que reducía la posibilidad de conspiraciones internas.
El entrenamiento de los varegos era riguroso. Se especializaban en el uso de armas como la espada, el hacha de guerra y la lanza, además de desarrollar tácticas de combate cuerpo a cuerpo. También se entrenaban en el combate naval, lo que los hacía efectivos en batallas tanto en tierra como en el mar.
ARMAMENTO CARACTERÍSTICO
Su distintiva arma, el hacha de dos manos, se convirtió en un símbolo de su ferocidad y capacidad de destrucción en el campo de batalla. Además del hacha, los varegos portaban espadas largas de doble filo, escudos redondos de madera con refuerzos metálicos, lanzas y dagas. Su armadura consistía en cotas de malla de excelente calidad, cascos cónicos con protecciones nasales y capas de piel que los protegían del frío.
EL PAPEL DE LA GUARDIA VAREGA EN LA HISTORIA BIZANTINA
La Guardia Varega no solo era una unidad militar de élite, sino que también servía como la guardia personal del emperador. Su lealtad inquebrantable y su falta de conexiones políticas dentro del imperio los hacían ideales para proteger al monarca de conspiraciones palaciegas y traiciones internas. Eran los encargados de escoltar al emperador en actos oficiales, dentro del Gran Palacio de Constantinopla y en el campo de batalla. Su presencia era sinónimo de seguridad y su lealtad solo estaba con el emperador.
A lo largo de su historia, la Guardia Varega participó en numerosas campañas militares y desempeñó un papel crucial en la defensa del imperio. Entre sus intervenciones más notables se encuentran:
LAS CAMPAÑAS CONTRA LOS NORMANDOS:
LA BATALLA DE CIVITA (1053), LA DEFENSA DE SICILIA (1071-1085), LA RESISTENCIA FINAL Y EL DECLIVE DE LA INFLUENCIA BIZANTINA EN EL SUR DE ITALIA.
Durante el siglo XI, el Imperio romano de Oriente enfrentó una creciente amenaza en sus territorios del sur de Italia, donde los normandos comenzaron a consolidarse como una poderosa fuerza militar. La Guardia Varega, como unidad de élite bajo el servicio directo del emperador, jugó un papel crucial en los esfuerzos bizantinos para mantener el control de estos territorios estratégicos.
Una de las primeras confrontaciones significativas entre los bizantinos y los normandos ocurrió en la Batalla de Civita en 1053, donde la Guardia Varega se destacó por su ferocidad y lealtad al emperador. En esta batalla, las fuerzas bizantinas, lideradas por el comandante bizantino Georgios Maniakes, se enfrentaron a los normandos en una lucha por el control de Apulia. Aunque la batalla resultó en una victoria táctica para los bizantinos, los normandos no fueron completamente derrotados, y el conflicto continuó durante los siguientes años.
La Guardia Varega defendió a la infantería bizantina y atacando con sus características armas, como el hacha de dos manos, les permitió resistir las embestidas de los normandos y mantener su posición. A pesar de la victoria, la guerra continuó y los normandos fueron avanzando con fuerza en la región.
En los años siguientes, tras la caída de Apulia y Calabria, los bizantinos intentaron mantener el control de Sicilia, la última gran posesión bizantina en el sur de Italia. La Guardia Varega, que ya había luchado en varias batallas importantes, fue movilizada nuevamente para defender la isla contra los avances normandos.
A lo largo de la década de 1070 y principios de 1080, la Guardia Varega luchó valientemente en Sicilia, resistiendo los asedios normandos y defendiendo las últimas fortalezas bizantinas. A pesar de su destreza en combate, las fuerzas normandas, con su creciente poder y experiencia militar, lograron finalmente conquistar la isla en 1085, poniendo fin a la presencia bizantina en Sicilia y asegurando la supremacía normanda en la región.
Aunque la Guardia Varega nunca pudo evitar la caída del dominio bizantino en el sur de Italia, su actuación en estas campañas fue un testimonio de su valentía, disciplina y lealtad inquebrantable al emperador. Durante más de 30 años, los guerreros varegos lucharon incansablemente, demostrando que, a pesar de las dificultades y la marea en su contra, seguían siendo una de las unidades más formidables de Bizancio.
LA BATALLA DE MANZIKERT (1071)
La Batalla de Manzikert fue uno de los eventos más significativos de la historia bizantina. El enfrentamiento tuvo lugar el 26 de agosto de 1071 entre el ejército bizantino, comandado por el emperador Romano IV Diógenes, y el ejército turco selyúcida, bajo el liderazgo de Alp Arslan. La derrota bizantina en esta batalla tuvo consecuencias devastadoras, ya que permitió a los turcos selyúcidas expandirse por Anatolia, marcando el inicio del declive territorial del Imperio romano de Oriente en Asia Menor.
Batalla de Manzikert. |
En esta batalla participaron en la lucha junto con otras unidades bizantinas. Sin embargo, la batalla fue un desastre para el ejército bizantino, debido a una combinación de factores: la descoordinación en las filas bizantinas, la traición de algunos de los aliados turcos y la falta de apoyo de parte de sus propio ejército en los momentos clave.
A pesar de la derrota, la Guardia Varega resistió con valentía, protegiendo al emperador y luchando hasta el final, aunque finalmente muchos consiguieron regresar a Constantinopla. Muchos de ellos murieron en el campo de batalla, luchando con su característico hacha de dos manos y su habilidad excepcional en combate. La defensa de Romano IV por parte de la Guardia Varega fue crucial, ya que permitió a varios contingentes bizantinos escapar de la masacre, aunque el emperador mismo fue capturado por Alp Arslan y posteriormente encarcelado.
LA BATALLA DE KLEIDION (1014) Y LA GUARDIA VAREGA
La Batalla de Kleidion fue uno de los enfrentamientos más significativos en la lucha entre el Imperio Bizantino y el Primer Imperio Búlgaro. Tuvo lugar el 29 de julio de 1014 en el territorio actual de Macedonia, entre el ejército bizantino, comandado por el emperador Basilio II, y las fuerzas búlgaras, bajo el liderazgo del zar Samuel de Bulgaria.
La Guardia Varega, que había sido una unidad fundamental en la defensa del Imperio desde sus inicios, desempeñó un papel crucial en la Batalla de Kleidion. En el contexto de esta lucha, los guerreros varegos fueron destacados como la élite de las fuerzas bizantinas, llevando a cabo un papel protagónico en la táctica de combate.
La batalla fue particularmente feroz debido a la superioridad numérica de los búlgaros, que al principio parecían tener la ventaja. Sin embargo, los bizantinos, con su disciplina y superioridad táctica, lograron rodear y derrotar al ejército búlgaro en un conflicto que se convirtió en un símbolo de la resistencia bizantina.
Durante la batalla, la Guardia Varega se encontraba en el centro de la línea de combate, luchando con su característico armamento: hachas de dos manos, espadas largas y escudos de madera reforzados. Su valentía y ferocidad fueron clave para mantener la moral del ejército bizantino y sostener el centro de la formación, y sus acciones contribuyeron decisivamente a la derrota de los búlgaros.
Basilio II con su guardia varega. |
La victoria de los bizantinos en Kleidion fue aplastante para el ejército búlgaro. Después de la derrota, el zar Samuel, herido gravemente, se retiró con las fuerzas restantes, lo que llevó a la disolución de su ejército en su mayoría. Una de las medidas más brutales que Basilio II tomó después de la batalla fue la captura de unos 15,000 prisioneros búlgaros, a quienes mandó cegarlos para debilitarlos permanentemente como fuerza militar. Esta brutal táctica tuvo repercusiones psicológicas profundas, ya que los prisioneros fueron cegados, y las personas que quedaron sin vista, 100 por cada hombre, fueron enviadas de regreso a su tierra natal.
La Guardia Varega desempeñó un papel fundamental en la persecución y captura de los prisioneros búlgaros, así como en el aseguramiento de la victoria final. Su habilidad para luchar en batallas prolongadas y su experiencia en combates difíciles resultaron decisivas para el éxito de los bizantinos.
Esta victoria consolidó la reputación de Basilio II, quien ganó el sobrenombre de “Basilio el Bulgaróctono” o “Asesino de Búlgaros”, y sentó las bases para la posterior anexión de Bulgaria al Imperio Bizantino en 1018, cuando finalmente Bulgaria se rindió ante Bizancio.
La Guardia Varega, una vez más, demostró su lealtad inquebrantable y su capacidad en combate, asegurando su lugar en la historia como una de las unidades militares más importantes del Imperio Bizantino.
DECLIVE Y DESAPARICIÓN DE LA GUARDIA VAREGA
A lo largo de los siglos, la Guardia Varega fue un pilar fundamental del Imperio Bizantino, desempeñando un papel crucial en la protección del emperador y en las principales campañas militares. Sin embargo, a pesar de su prestigio y lealtad inquebrantable, su existencia estuvo marcada por un proceso lento de declive, que se debió a diversos factores, tanto internos como externos.
CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA MILITAR Y POLÍTICA
Durante el siglo XII, bajo el reinado de los emperadores Comnenos, la Guardia Varega comenzó a sufrir una serie de transformaciones que afectaron su estructura y función dentro del imperio. Aunque continuaron siendo una fuerza de élite en la corte bizantina, la composición de la guardia empezó a cambiar. Mientras que originalmente estaba formada principalmente por guerreros escandinavos, con el paso del tiempo, los eslavos y otros pueblos del este de Europa fueron incorporados, diluyendo así el carácter nórdico de la unidad.
Además, la estructura militar bizantina cambió con la llegada de nuevas tácticas y unidades, lo que llevó a una mayor diversificación del ejército. A lo largo de los siglos XI y XII, otras fuerzas y tropas, como los mercenarios latinos, comenzaron a tomar roles más importantes, haciendo que la influencia de la Guardia Varega fuera cada vez más secundaria.
LA INVASIÓN DE LOS CRUZADOS Y EL SACK DE CONSTANTINOPLA (1204)
Uno de los eventos más devastadores para la Guardia Varega fue la Cuarta Cruzada en 1204. El saqueo de Constantinopla por parte de los cruzados occidentales, que se habían aliado con facciones rivales dentro del imperio bizantino, significó no solo el colapso de la capital, sino también la destrucción de gran parte de las estructuras militares y políticas bizantinas, incluida la Guardia Varega.
En la víspera del saqueo, los últimos guerreros varegos intentaron defender el palacio imperial y proteger al emperador, pero fueron incapaces de evitar la invasión de las fuerzas cruzadas. El saqueo de Constantinopla resultó en la caída de la capital bizantina y la disolución del Imperio Bizantino Occidental. Aunque el Imperio Bizantino Oriental continuó existiendo en el exilio, ya no fue lo mismo.
La desaparición de la Guardia Varega durante este periodo reflejó el colapso general de las fuerzas bizantinas tradicionales. En lugar de su imponente presencia como la guardia personal del emperador, los últimos restos de la unidad fueron dispersados o absorbidos por otras fuerzas extranjeras que se alinearon con los intereses cruzados.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA GUARDIA VAREGA
Tras la caída de Constantinopla, los vestigios de la Guardia Varega sobrevivieron en una forma muy diluida. Algunos guerreros varegos continuaron sirviendo en los ejércitos del Imperio de Nicea, la sucesora del Imperio Bizantino en el exilio, pero su poder y relevancia fueron desapareciendo a medida que la estructura política y militar del imperio cambió.
En los siglos siguientes, con la resurgencia del Imperio Bizantino bajo la dinastía Paleóloga en 1261, los varegos ya no tenían el mismo estatus ni la misma organización. Para el siglo XIV, con la expansión del Imperio otomano, la Guardia Varega se convirtió en una sombra de lo que fue en su apogeo, hasta que finalmente dejó de existir como una unidad reconocible.
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Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 16 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
- Historia Medieval (Siglos V-XII) Editorial Universitaria Ramón Arcés. J. Donado Vara, A. Echevarría Arsuaga.
- B. T. Newhard – The Varangian Guard and their Role in Byzantium (2015).
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