EUGENIO DE SABOYA. EL GRAN MILITAR DEL SIGLO XVIII.

 



Eugenio de Saboya: El príncipe que forjó el destino de Europa.



EL PRÍNCIPE EUGENIO DE SABOYA
EUGENIO DE SABOYA


Eugenio de Saboya (París, 18 de octubre de 1663 – Viena, 21 de abril de 1736) fue uno de los comandantes militares más brillantes de la historia europea. Su legado marcó el auge del Imperio Habsburgo en la Europa moderna, en un tiempo en el que el destino del continente se debatía entre la hegemonía de Francia, el expansionismo otomano y el equilibrio de poderes entre las grandes casas reinantes. Eugenio no solo se convirtió en un símbolo de la resistencia cristiana frente al Imperio Otomano, sino que también fue el arquitecto de algunas de las más notables victorias en la Guerra de Sucesión Española. Curiosamente, este héroe del Imperio Austríaco nació en el corazón de Francia, y fue rechazado por su país natal. Su vida es la historia de una ambición personal, una traición aristocrática y una redención forjada en los campos de batalla.

Infancia en Francia y los orígenes de su desafección con la corte francesa.

Eugenio nació en París en el seno de la Casa de Saboya-Carignano, una rama menor de la Casa de Saboya. Su madre, Olimpia Mancini, sobrina del cardenal Mazarino, era una figura destacada en la corte de Luis XIV, pero también una mujer envuelta en escándalos. Acusada de participar en la famosa "affaire des poisons", cayó en desgracia ante la corte del Rey Sol. El joven Eugenio, por su parte, fue considerado débil, enfermizo y más apto para la vida eclesiástica que para las armas. Su solicitud de ingresar al ejército francés fue rechazada por el propio Luis XIV, quien, subestimando su capacidad, le negó una comisión militar.

Este rechazo selló su ruptura con Francia. Con apenas diecinueve años, Eugenio abandonó París y se dirigió a Viena, donde ofreció sus servicios al emperador Leopoldo I del Sacro Imperio Romano Germánico. Allí comenzó la carrera de uno de los más grandes militares de su tiempo.

Primeros pasos en el ejército imperial: La Gran Guerra Turca.

En la década de 1680, Europa central enfrentaba una de sus más graves amenazas: el avance del Imperio Otomano. En 1683, los otomanos sitiaron Viena por segunda vez. Aunque Eugenio no participó directamente en la histórica batalla de Kahlenberg, en la que los cristianos, liderados por Juan III Sobieski de Polonia, rompieron el cerco, sí se integró pronto al ejército imperial en la llamada Gran Guerra Turca (1683–1699).


SEGUNDO SITIO DE VIENA
SITIO DE VIENA DE 1683. DESPERTA FERRO.


Su momento estelar llegó en 1697, cuando, como comandante del ejército imperial, dirigió una brillante campaña contra los otomanos.Tras la victoria cristiana en Viena en 1683, el conflicto con los otomanos se prolongó durante más de una década. Eugenio, nombrado comandante del ejército imperial en Hungría, emprendió una audaz campaña contra los turcos.

En septiembre de 1697, los otomanos cruzaban el río Tisza en Zenta, en la actual Serbia. Aprovechando una maniobra arriesgada, Eugenio atacó mientras el enemigo estaba dividido en dos orillas. Fue una masacre: más de 20.000 turcos murieron, el Gran Visir fue abatido, y el ejército otomano perdió su artillería, tesoro y suministros.


BATALLA DE ZENTA.


Esta aplastante victoria obligó al Imperio Otomano a firmar el Tratado de Karlowitz (1699), en el que cedió vastos territorios a Austria, incluida la Hungría central. Fue el principio del fin del avance otomano en Europa

Ascenso político y nuevas guerras: La Guerra de Sucesión Española.

Tras su éxito contra los otomanos, Eugenio se convirtió en una figura clave en la corte vienesa. Fue nombrado presidente del Consejo de Guerra y recibió vastas propiedades. Su próxima gran campaña militar lo llevó a enfrentarse a su patria natal.

La Guerra de Sucesión Española (1701–1714) estalló tras la muerte sin descendencia de Carlos II de España. Luis XIV intentó asegurar el trono para su nieto, Felipe de Anjou, lo que alteraba el equilibrio europeo. La Casa de Austria, apoyada por Inglaterra y los Países Bajos, se opuso ferozmente.


BLOQUES ALIANZAS GUERRA SUCESION ESPAÑOLA.
BLOQUES EN LA GUERA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA.


Eugenio formó un dúo histórico con John Churchill, duque de Marlborough. Juntos, lograron varias de las victorias más decisivas de la guerra:

  • Batalla de Blenheim (1704)las fuerzas franco-bávaras amenazaban Viena. Eugenio se unió a su aliado británico, John Churchill, duque de Marlborough, para detener al enemigo en el sur de Alemania. El 13 de agosto de 1704, en las cercanías del Danubio, se libró una de las más decisivas batallas del siglo XVIII. Marlborough atacó por el norte mientras Eugenio contenía ferozmente el ala derecha francesa. Aunque sus tropas sufrieron mucho, resistieron el embate enemigo y permitieron la victoria final aliada. El ejército franco-bávaro fue destruido. La amenaza sobre Austria se desvaneció. Europa descubrió que el mito de la invencibilidad francesa bajo Luis XIV había sido roto.

  • Sitio de Turín (1706): Mientras las tropas francesas sitiaban Turín, capital del Ducado de Saboya, Eugenio llevó a cabo una épica marcha a través de los Alpes desde Austria. Cruzó montañas y ríos con miles de soldados, superando obstáculos naturales y vigilancia francesa. El 7 de septiembre de 1706, sus fuerzas atacaron el cerco francés desde el exterior mientras la guarnición saboyana salía de la ciudad. Fue una victoria doble: Turín fue liberada, y los franceses obligados a evacuar todo el norte de Italia. Esta batalla consolidó la posición de Saboya como aliado clave de Austria y garantizó la estabilidad en Italia durante el conflicto.

  • Batalla de Oudenarde (1708): Eugenio jugó un papel central en la derrota francesa en Flandes. En los Países Bajos, Eugenio y Marlborough se enfrentaron a un ejército francés comandado por el duque de Borgoña y el veterano Vendôme. La batalla, librada el 11 de julio de 1708, fue un ejemplo de coordinación y movilidad. Eugenio contuvo el ala derecha enemiga mientras Marlborough ejecutaba un envolvimiento por la izquierda. El resultado fue una aplastante derrota francesa. La victoria aseguró el control aliado de Flandes y permitió lanzar el asedio de Lille.

  • Sitio de Lille (1708): Coordinó una compleja operación de asedio que culminó con la toma de esta ciudad fortificada. Lille era una de las ciudades fortificadas más fuertes de Europa, diseñada por Vauban. Eugenio y Marlborough la sitiaron con un ejército combinado. Durante más de dos meses, bajo constante fuego enemigo y condiciones climatológicas adversas, los aliados cavaron trincheras, construyeron paralelas y finalmente asaltaron las defensas externas. Tras intensos combates, Lille capituló el 10 de diciembre de 1708. La caída de Lille abrió el camino a una ofensiva profunda en territorio francés. Fue una obra maestra de guerra de asedio.

  • Batalla de Malplaquet (1709): Aunque técnicamente fue una victoria aliada, el elevado costo humano limitó las ofensivas futuras. El 11 de septiembre de 1709, Eugenio y Marlborough enfrentaron al ejército francés en Malplaquet, cerca de la frontera con Francia. Fue la batalla más sangrienta de la guerra. Eugenio dirigió el ala derecha, lanzando repetidos asaltos contra trincheras y posiciones fortificadas. Aunque los aliados vencieron, las pérdidas (más de 20.000 hombres) fueron enormes. Francia se retiró, pero la magnitud del coste humano ralentizó el avance aliado. A pesar de la victoria táctica, fue una advertencia del precio de continuar la guerra.

La guerra finalizó con los Tratados de Utrecht y Rastatt, donde Eugenio representó a Austria. Aunque Felipe V mantuvo el trono español, los Habsburgo recibieron los Países Bajos del sur, Nápoles, Milán y Cerdeña.

Nuevas campañas contra los otomanos: el final de la expansión turca en Europa.

Eugenio no había terminado con los turcos. En la década de 1710, el Imperio Otomano volvió a amenazar las fronteras austríacas. Eugenio volvió al frente en la Guerra Austro-Turca de 1716–1718.

  • En 1716, obtuvo una brillante victoria en la Batalla de Petrovaradin, conocida como la "Gibraltar del Danubio", que reafirmó su genio estratégico. Ante una nueva amenaza otomana, Eugenio volvió al campo de batalla. Petrovaradin, una fortaleza clave en el Danubio, fue sitiada por un gran ejército turco en 1716. Eugenio, con tropas veteranas pero en inferioridad numérica, atacó por sorpresa. En un ataque envolvente, logró desorganizar a los turcos, capturar su campamento y causar enormes bajas. El Imperio Otomano quedó debilitado. Fue una demostración de velocidad, sorpresa y superioridad táctica.

  • En 1717, dirigió el asedio de Belgrado, la mayor fortaleza otomana en los Balcanes. Belgrado, situada en la confluencia del Danubio y el Sava, era una de las fortalezas otomanas más formidables. Eugenio inició un asedio en el verano de 1717. Durante semanas, su ejército fue bombardeado desde la ciudad y acosado por un ejército turco de socorro. En lugar de mantenerse a la defensiva, Eugenio ordenó un audaz ataque nocturno el 16 de agosto, que tomó por sorpresa a los turcos. El asalto fue un éxito absoluto. La caída de Belgrado supuso el control de los Balcanes por parte de Austria y fue ratificada en el Tratado de Passarowitz (1718). Fue el punto culminante de la carrera militar de Eugenio.

El Tratado de Passarowitz (1718) consolidó los éxitos austríacos y fue la culminación de las campañas militares de Eugenio.


PAZ DE PASSAROWITZ
EN ROJO: TERRITORIOS CONQUISTADOS TRAS LA PAZ DE PASSAROWITZ.


Últimos años: política, arte y legado.

Aunque sus campañas posteriores en la Guerra de Sucesión de Polonia (1733–1735) fueron menos exitosas, Eugenio ya era una figura legendaria. Su prestigio le permitió ejercer gran influencia en la política austríaca. Fue un consejero clave de tres emperadores: Leopoldo I, José I y Carlos VI.

Además de sus logros militares, Eugenio fue un gran mecenas de las artes. Su palacio, el Belvedere de Viena, sigue siendo una joya del barroco. Coleccionó arte, libros, y fue un símbolo del Ilustrado guerrero del siglo XVIII.

Murió en Viena en 1736, sin hijos ni descendientes directos. Su fortuna fue disipada por sus herederos, pero su leyenda permaneció intacta.

Eugenio de Saboya, el último gran paladín de Europa.

Eugenio de Saboya fue más que un comandante militar. Fue un estratega brillante, un diplomático hábil, un reformador militar y un estandarte del poder cristiano frente al Islam otomano. Su rechazo en Francia dio origen a su gloria en Austria, y con ello, ayudó a definir el mapa de Europa en la transición entre los siglos XVII y XVIII.

Su vida, cruzada entre la gloria y el exilio, entre la corte de Luis XIV y los muros de Belgrado, representa una era en la que el destino de Europa se decidía al filo de la espada.

EUGENIO DE SABOLLA EN BATALLA.
EUGENIO DE SABOLLA EN LA BATALLA DE TURÍN. 



JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 16 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:


LA EDAD MODERNA (SIGLOS XV-XVIII) 2016Autor/es: Luis Ribot;
Editorial: : MARCIAL PONS HISTORIA

Histocast 168.

Lynn, John A. The Wars of Louis XIV 1667–1714. Longman, 1999.

McKay, Derek & Scott, H. M. The Rise of the Great Powers 1648–1815. Longman, 1983.

Rodríguez de la Peña, Manuel. Guerreros y batallas: Eugenio de Saboya. Editorial Galland Books, 2011.


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