LA SOCIEDAD ESTAMENTAL Y LOS PROCESOS DE ASCENSO EN LA EDAD MODERNA.

 

La sociedad durante la Alta Edad Moderna se caracteriza por una división tripartita entre tres estamentos, siendo estos la nobleza, el clero y el pueblo llano, siendo las dos primeras las del grupo de privilegiados, que contaban con diferentes prebendas y exenciones de impuestos, y la última formada por diferentes grupos que soportaban la presión fiscal y estaban subordinada a las dos primeras.




La nobleza era un pequeño grupo de población con títulos en la que habría que diferenciar entre la alta nobleza, poseedora de grandes feudos y la pequeña, compuesta por pequeños propietarios e hidalgos rurales. Todos poseían diferentes privilegios honoríficos, judiciales o fiscales, aunque durante el desarrollo de estos siglos fueron implicándose cada vez más en el pago de impuestos. Sus ingresos dependían de las rentas de sus posesiones y cada vez más de los cargos de puesto burocráticos que fueron creándose en torno a la administración real. A través de esta administración, se vinculaban con el poder real a través de redes clientelares, además de los posibles enlaces dinásticos, pasando cada vez más de ser una nobleza guerrera que justificaba su posición en la defensa y la guerra, a una nobleza cortesana que desempeñaba cargos públicos.

El clero era el otro estamento privilegiado aunque en este caso, más abierto que la nobleza, ya que cualquiera podía ingresar en el, si bien, los altos puestos estaban reservados a personas pertenecientes al otro estamento privilegiado. Sus privilegios y divisiones eran similares a la nobleza, existiendo un alto y bajo clero, que a su vez se dividía entre clero secular y regular. Al igual que la nobleza, sus posesiones les justificaban rentas, pero este estamento se justificaba en la idea de la religión como ideología imperante en una sociedad muy religiosa, siendo estos los encargados de difundir la misma.

En  cuanto al pueblo llano, se componía de campesinos, burgueses, habitantes de las ciudades etc. englobando a todo aquel que no poseía privilegios. Durante el trascurso de esta época, gentes de este estamento intentaran ascender a los primeros a través de la riqueza y de los servicios a la administración. Eran quienes soportaban la gran parte de la presión fiscal además de estar obligados a ciertos servicios como las corveas, siendo el porcentaje más elevado de la población.

Durante la edad moderna, diferentes estratos del pueblo llano como la burguesía o grandes propietarios, intentarán acceder al grupo privilegiado a través de amasar grandes fortunas o de desempeñar puestos públicos o de la imitación de estos.

En este caso, la emergente burguesía se va a aprovechar del cambio de paradigma que vinculaba a la nobleza con el honor hacia una nobleza mas basada en la riqueza, aprovechando la ruina de algunos de estos para comprar títulos nobiliarios, grandes extensiones de terrenos que les valiesen la concesión de este, la concesión de préstamos a la administración o el desempeño de cargos públicos, pues su riqueza les permitía acceder a estudios universitarios necesarios para el desempeño de estos.




La formación de este grupo social se vio favorecida por los avances tecnológicos en la navegación, entre otros, lo que permitió un comercio internacional y el desarrollo de una economía capitalista donde comenzaba a nacer el empresario de manufacturas, el banquero, el comerciante o asegurador. Además, cambios institucionales como el mayorazgo, la endogamia o la confiscación de tierras a la iglesia, como por ejemplo en Inglaterra, dieron oportunidad a esta burguesía enriquecida de acceder a tierras y títulos, hecho que además, debido al aumento demográfico y a la mayor demanda de alimentos junto con la introducción de nuevas técnicas de cultivo, favorecieron a estos nuevos burgueses propietarios.

Con estas situaciones la sociedad estamental vivida durante la Edad Media va a sufrir cambios significativos. La nobleza va a tender a agruparse en grandes familias que, perdiendo el antiguo poder feudal debido al auge de los absolutismos reales, va a integrarse en las administraciones de los estados a la vez que agrandan sus posesiones, a pesar de perder su labor militar. Pero el cambio más significativo va a ser en la movilidad entre los estamentos, ya que se pasa de la idea de pertenencia por nacimiento, a la posibilidad de ascenso entre los mismos gracias a la acumulación de riquezas y servicios, cambiando la antigua configuración tripartita a una más bipartita, basada más en la dualidad entre ricos y pobres, pues gentes del tercer estamento van a ascender cada vez más al primero gracias a esta y a la imitación, a pesar de la oposición y reticencia de los nobles.

Además, esto también se va a ver reflejado en el tercer estamento, pues al englobar a todo tipo de gentes, se va a ver una gran diferenciación entre oficios, jornaleros, pequeños propietarios, funcionarios o grandes propietarios, empresarios o banqueros.

En cuanto a la nobleza, la antigua relación de primus inter pares se va a ver sustituida por un ascenso absolutista de las monarquías que buscaran el control de la nobleza y el propio clero en su propio beneficio político, económico y social, por lo que estos se convirtieron en colaboradores del poder real, lo que implicó una cortesanización y clientelización de la estructura nobiliaria, que llevo a cambiar sus antiguas residencias feudales para trasladarse a la corte a cambio de cargos, rentas u honores.

Esta vida cortesana venía acompañada de un exceso del gasto protocolario, el cual era sufragado gracias a estas rentas ofrecidas por el monarca, lo que reforzaba su control sobre ellos, creándose ordenes cortesanas a semejanza de las anteriores militares, pero sin la función bélica.

Los reyes supieron aprovechar la nueva situación de cambio para apoyarse, según conveniencia, a nobleza, clero o burguesía, en las que obtenía servicios, prestigio, poder o dinero, a cambio de otorgar títulos, posesiones o rentas, según las demandas de cada grupo.

Durante la Edad Moderna, comenzó a establecerse un sistema de castas basado en la pureza de la sangre y la religiosidad de una cristiandad pura, lo que se convirtió en una obsesión entre los aspirantes al ascenso social por demostrar ser un cristiano viejo.

En este sentido, el estatuto de limpieza de sangre permite al estamento nobiliario identificar al aspirante a honor, siendo utilizado para intentar frenar el desorden social y la creciente movilidad entre estamentos.

Este estatuto fue una ideología, ya que legalmente no se han encontrado vestigios de su implantación jurídica a pesar de su arraigo como principio vertebrador de la división social que envolvía a toda la sociedad.

La pureza de sangre no solo hacía referencia a rasgos étnicos, religiosos o raciales, aunque en España, por ejemplo, se hizo mucho hincapié en cuidarse de ser vinculado con los judíos o musulmanes conversos. También se trataba de una demostración de adhesión del linaje al honor o la hidalguía a fin de impedir el ascenso de quienes no poseían dicha característica.

Esta ideología se basó en tres características:

1.       Filiación y ascendencia. Demostración de ancestros nobles mediante la confección de árboles genealógicos. La burguesía buscará desesperadamente la vinculación de algún antepasado con esta característica para su ascenso, llegando incluso a los casos de falsedad documental.

2.       Limpieza de sangre: Diferenciación, no solo racial, de una diferenciación social basada en el honor, que verifique la característica de cristiano viejo.

3.       Ortodoxia religiosa. Se buscaba la demostración de una vinculación con la cristiandad no solo en contra de otras religiones, sino también en contra de las nuevas herejías.

4.       Limpieza de oficios. Vinculación con determinadas funciones como la militar a la de servicio al rey que reportasen honor en detrimento de trabajos manuales reservados a los estamentos inferiores.

5.       Lealtad al servicio monárquico-señorial. La obediencia al soberano como requisito de limpieza que impedía así la formación de rebeliones contra el poder establecido.


JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 17 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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BIBLIOGRAFÍA:

-          Mentalidad e ideología en el Antiguo Regimen. León Carlos Álvarez Santaló y Carmen Mª Cremades Griñán. II Reunión científica de la Asociación Española de Historia Moderna. Volumen II. 199

       Estado moderno y mentalidad social: (siglos XV al XVII). Jose Antonio Maravall. Cap. I Las tensiones de la sociedad estamental.

 La Edad Moderna (siglos XV XVIII). Ribot García, Luis Antonio. Editorial: Marcial Pons Historia.


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