LA PRAGMÁTICA SANCIÓN AUSTRIACA.

 A comienzos del siglo XVIII, Europa estaba inmersa en un delicado equilibrio de poder. Las grandes monarquías europeas competían constantemente por la influencia política, económica y territorial. En este contexto se encontraba el emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico, perteneciente a la poderosa Casa de Habsburgo, una de las dinastías más influyentes de Europa, que controlaba un vasto conjunto de territorios, especialmente en Centroeuropa: Austria, Hungría, Bohemia, y otros estados del Imperio.

El problema principal que enfrentaba Carlos VI era de carácter sucesorio. A pesar de sus esfuerzos, no lograba tener un heredero varón. Según las leyes tradicionales del imperio, conocidas como ley sálica, el trono solo podía ser heredado por un varón. Esto significaba que, en ausencia de un hijo, los vastos territorios de los Habsburgo podían quedar expuestos a disputas internas o incluso pasar a manos de otras casas nobles, poniendo en peligro la integridad del Imperio.




Para evitar esta fragmentación y asegurar la continuidad de su linaje y sus dominios, en 1713 Carlos VI promulgó la Pragmática Sanción. Este documento tenía como objetivo modificar el orden sucesorio tradicional para permitir que una mujer pudiera heredar los territorios hereditarios de los Habsburgo, y en concreto, que su hija María Teresa de Austria pudiera sucederle cuando él muriera. La Pragmática Sanción se convirtió en una ley fundamental de la Monarquía de los Habsburgo.

Sin embargo, el mero hecho de emitir la Pragmática Sanción no era suficiente. Carlos VI necesitaba que las potencias europeas reconocieran esta norma y, por tanto, el derecho de María Teresa al trono. Para lograrlo, pasó los siguientes años de su reinado dedicados a conseguir ese reconocimiento a través de alianzas, tratados y concesiones diplomáticas. Algunos estados accedieron a reconocer la Pragmática a cambio de ventajas políticas o comerciales. Entre ellos estuvieron España, Francia, Prusia, Rusia y Gran Bretaña, aunque con el tiempo muchos de ellos violarían esos acuerdos.

EMPERATRIZ MARIA TERESA.


El verdadero desafío vino tras la muerte de Carlos VI en 1740. Aunque su hija, María Teresa, fue proclamada archiduquesa de Austria y reina de Hungría y Bohemia, su derecho al trono fue rápidamente cuestionado. Varios de los estados europeos que habían prometido respetar la Pragmática Sanción aprovecharon la ocasión para atacar y reclamar parte de los territorios de los Habsburgo. Así estalló la Guerra de Sucesión Austríaca (1740–1748), un conflicto internacional que puso en jaque la autoridad de María Teresa y casi desmembró el imperio construido por su padre.

Aunque María Teresa logró conservar la mayor parte de sus dominios y consolidar su autoridad, el conflicto marcó una nueva etapa en la política europea y dejó en claro que, en la práctica, las leyes dinásticas solo tenían tanto valor como el poder que las respaldaba.

El estallido del conflicto

Cuando Carlos VI murió en 1740, su hija María Teresa de Austria asumió el trono amparada en la Pragmática Sanción. Aunque muchas potencias europeas la habían reconocido previamente como heredera legítima, la realidad fue que no todas estaban dispuestas a respetar sus compromisos una vez que Carlos falleció. Aprovechando la vulnerabilidad inicial de una mujer joven en el poder, y el hecho de que no podría asumir el título de emperadora del Sacro Imperio (ya que el título era masculino y requería una elección imperial), varias potencias vieron una oportunidad para debilitar o desmembrar el Imperio de los Habsburgo.



PARTICIPANTES DE LA GUERRA DE SUCESIÓN.



El primero en actuar fue Federico II de Prusia (conocido como Federico el Grande), quien, apenas unas semanas después de la muerte de Carlos VI, invadió la región de Silesia, un territorio rico en recursos y estratégicamente valioso que formaba parte del patrimonio de los Habsburgo. Con esto dio inicio formal al conflicto. Su justificación fue un supuesto reclamo hereditario, pero en realidad fue una clara agresión territorial, respaldada por el convencimiento de que María Teresa no podría resistir militarmente.


🕊️ Intentos de María Teresa por consolidar su posición

María Teresa, aunque joven e inexperta, demostró una capacidad política y administrativa notable. Logró asegurar su posición como reina de Hungría tras jurar respetar sus privilegios y ganarse el apoyo de la nobleza húngara. Esto fue clave, pues Hungría se convirtió en uno de sus principales apoyos militares y financieros durante la guerra.

Además, se esforzó por mejorar la administración del Imperio y buscó alianzas diplomáticas, aunque durante los primeros años del conflicto estuvo en clara desventaja.


⚔️ Una guerra europea

La Guerra de Sucesión Austríaca no fue solo un conflicto entre Austria y Prusia. Se convirtió en una guerra internacional porque varias potencias europeas vieron la oportunidad de ajustar cuentas entre sí o de ganar territorios a costa del Imperio Habsburgo:

  • Francia, tradicional enemiga de los Habsburgo, apoyó a los enemigos de María Teresa para debilitar a Austria y aumentar su influencia.

  • España, bajo el reinado de Felipe V, también intervino, deseando recuperar territorios perdidos en Italia durante la Guerra de Sucesión Española (1701–1714).

  • Baviera, cuyo elector Carlos Alberto, también reclamaba derechos sobre los dominios austríacos, fue apoyado por Francia y fue brevemente coronado como emperador del Sacro Imperio (Carlos VII), aunque nunca pudo controlar efectivamente los territorios.

  • Gran Bretaña y los Países Bajos, por el contrario, apoyaron a María Teresa para evitar que Francia se fortaleciera en el continente.

El conflicto se libró en múltiples frentes: Centroeuropa, Italia, los Países Bajos, e incluso hubo enfrentamientos coloniales entre Francia y Gran Bretaña en América y la India. En este sentido, la Guerra de Sucesión Austríaca fue también una guerra de alcance global, precursora de la Guerra de los Siete Años.


🕊️ Final de la guerra y consecuencias

El conflicto concluyó en 1748 con la Paz de Aquisgrán (o Aachen). Los principales acuerdos fueron:

  • María Teresa fue reconocida oficialmente como soberana legítima de los territorios de los Habsburgo.

  • Silesia quedó en manos de Prusia, lo que fue una gran pérdida para Austria, pero consolidó a Prusia como una potencia emergente.

  • El equilibrio de poder en Europa cambió: Prusia pasó a ser una potencia rival directa de Austria en el mundo germánico, lo que dio lugar al conflicto a largo plazo entre ambas: la dualidad austro-prusiana.

  • Carlos VII de Baviera murió en 1745, y el esposo de María Teresa, Francisco de Lorena, fue elegido emperador (Francisco I), consolidando así la posición de los Habsburgo en el trono imperial, aunque formalmente.

EUROPA EN 1756.




📌 Importancia histórica

La Guerra de Sucesión Austríaca marcó el inicio de una nueva etapa en la historia europea:

  • María Teresa emergió como una figura poderosa y modernizadora, promoviendo reformas administrativas, militares y fiscales en sus dominios.

  • Prusia, bajo Federico el Grande, se consolidó como un rival político y militar de primer orden.

  • La rivalidad entre Austria y Prusia alimentó las tensiones del siglo XVIII y fue uno de los motores de la futura Guerra de los Siete Años (1756–1763).

Además, esta guerra evidenció que el respeto por tratados como la Pragmática Sanción dependía más del poder militar y de las alianzas que de la legitimidad legal. Fue, en muchos sentidos, un choque entre el principio de legitimidad monárquica y la ambición territorial de las potencias emergentes.




JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.






Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia
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Bibliografía:

- LA EDAD MODERNA (SIGLOS XV-XVIII) 2016Autor/es: Luis Ribot;
Editorial: : MARCIAL PONS HISTORIA

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