LA TOMA DE BREDA DE 1625.
La Toma de Breda en 1625 fue un acontecimiento clave dentro de la Guerra de los Ochenta Años, un conflicto entre España y las Provincias Unidas de los Países Bajos que marcó el devenir de la hegemonía española en Europa. Este episodio bélico es reconocido no solo por su importancia estratégica y militar, sino también por la brillante ejecución del asedio por parte del ejército español, comandado por Ambrosio Spinola, y por su inmortalización en la célebre pintura de Diego Velázquez, La rendición de Breda o Las Lanzas.
FLANDES DURANTE LA GUERRA DE LOS 80 AÑOS. |
Desde finales del siglo XVI, los Países Bajos eran un territorio en disputa entre las fuerzas de la Monarquía Hispánica y los rebeldes holandeses. Breda, una ciudad fortificada de gran valor estratégico, se encontraba bajo dominio neerlandés y representaba un obstáculo para las aspiraciones españolas de recuperar el control total sobre Flandes. Felipe IV y su valido, el Conde-Duque de Olivares, decidieron intensificar las campañas en los Países Bajos, buscando consolidar la presencia española en la región y debilitar a las Provincias Unidas. Para ello, confiaron en Ambrosio Spinola, un brillante estratega que ya había demostrado su capacidad en diversas operaciones militares.
El asedio de Breda comenzó en agosto de 1624 y se prolongó por más de diez meses. A diferencia de otros generales que optaban por asaltos directos, Spinola implementó una táctica de asedio progresivo, que consistía en rodear completamente la ciudad y cortar su acceso a suministros, debilitando a la guarnición mediante el hambre, la escasez de municiones y la propagación de enfermedades. Se construyeron trincheras y fortificaciones para evitar la llegada de refuerzos neerlandeses, y el sitio se cerró herméticamente, provocando una situación cada vez más desesperada dentro de la ciudad. La fortaleza estaba defendida por Justino de Nassau, quien intentó resistir con la esperanza de recibir apoyo exterior. Los holandeses, conscientes de la importancia de Breda, intentaron romper el asedio enviando un ejército de socorro dirigido por Mauricio de Nassau, pero sus intentos fracasaron ante la sólida estrategia española.
EL ASEDIO A BREDA. 1625. |
Finalmente, el 5 de junio de 1625, tras meses de resistencia, Justino de Nassau se vio obligado a rendir la ciudad. En un acto de cortesía y respeto militar poco común en la época, Spinola permitió una capitulación honorable, dejando que los soldados neerlandeses abandonaran la plaza con dignidad y evitando saqueos indiscriminados. Esta victoria fue un gran triunfo para Felipe IV y un símbolo del poder militar español, reforzando la reputación de Spinola como uno de los mejores estrategas de su tiempo. Sin embargo, aunque la toma de Breda representó un éxito para la Monarquía Hispánica, la guerra continuó y, a pesar de este logro, la situación en los Países Bajos siguió siendo inestable. En 1637, el príncipe Federico Enrique de Orange lanzó una campaña para recuperar Breda y, tras un nuevo asedio, la ciudad volvió a manos neerlandesas, marcando el inicio del declive de la hegemonía española en la región.
Uno de los aspectos más conocidos de la Toma de Breda es su representación en la pintura La rendición de Breda, de Diego Velázquez. Esta obra, también llamada Las Lanzas, captura el momento en que Justino de Nassau entrega las llaves de la ciudad a Ambrosio Spinola. Velázquez plasma una imagen de guerra caballerosa, donde se destacan el honor y la humanidad del vencedor, alejándose de la brutalidad que caracterizaba muchas de las campañas militares de la época. La composición, con un enfoque en la dignidad de ambos líderes, convirtió la pintura en una de las más icónicas del Siglo de Oro español. El cuadro no solo representa un hecho histórico, sino que también transmite un mensaje de nobleza en la guerra, un concepto que, en la realidad, rara vez se aplicaba.
La Toma de Breda en 1625 representa uno de los últimos grandes éxitos militares del Imperio español en los Países Bajos. A pesar de la victoria, la prolongación del conflicto y el creciente poder de las Provincias Unidas acabarían debilitando la presencia española en la región. La captura y posterior pérdida de Breda simbolizan el auge y declive del poder español en Flandes, un episodio inmortalizado tanto en la historia como en el arte. En la actualidad, Breda sigue siendo un símbolo de resistencia y estrategia militar, y su historia continúa siendo estudiada por historiadores y analistas militares.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
- LA EDAD MODERNA (SIGLOS XV-XVIII) 2016Autor/es: Luis Ribot;
Editorial: : MARCIAL PONS HISTORIA
- Martínez Ruiz, Enrique (2001). "La Guerra de los Ochenta Años y la Toma de Breda". Ediciones Istmo.
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