SALADINO.

Salah ad-Din Yusuf ibn Ayyub: El Guerrero que Recuperó Jerusalén.




Saladino, conocido en Occidente como Salah ad-Din, es una de las figuras más icónicas de la historia medieval. Como líder militar y estratega, se destacó por su resistencia frente a las Cruzadas y su habilidad para unificar el mundo islámico en un período de gran fragmentación. Su legado perdura debido a su victoria en la Batalla de Hattin y la recuperación de Jerusalén en 1187, dos de los eventos más cruciales en la historia de las Cruzadas. Saladino es considerado un símbolo de justicia, honor y liderazgo tanto en el mundo islámico como en la historiografía occidental.


Los Orígenes de Saladino: Un Líder Nacido para la Historia.

Nacido en 1137 en Tikrit (actual Irak) en una familia kurda, Saladino comenzó su carrera en la administración militar bajo el Imperio Selyúcida. A pesar de sus primeros intereses en la poesía y los estudios religiosos, su destino cambió cuando acompañó a su tío, Asad ad-Din Shirkuh, en una expedición militar a Egipto en 1164. Ese viaje sería crucial para su ascenso.


La Conquista de Egipto: Un Paso Clave en el Ascenso de Saladino.

En 1169, después de la muerte de su tío, Saladino se convirtió en visir de Egipto bajo el califa fatimí Al-Adid. Aprovechó esta posición para consolidar su poder y, tras la muerte del califa en 1171, abolió el califato fatimí y alineó a Egipto con el califato Abasí de Bagdad, marcando el fin de la dinastía chií en la región. Este movimiento le permitió fortalecer su control sobre Egipto y crear una base sólida para futuras campañas.


La Fundación del Imperio Ayubí.

Saladino estableció el Imperio Ayubí con base en Egipto, reformó la administración, reorganizó el ejército y fomentó el desarrollo económico. Egipto se convirtió en un bastión clave para sus futuras campañas contra los cruzados y un lugar fundamental en su lucha por unificar el mundo islámico.


 La Unificación del Mundo Islámico: Saladino Contra los Cruzados.

Una de las hazañas más impresionantes de Saladino fue unificar las diversas facciones musulmanas, que estaban divididas entre los selyúcidas, zanguíes y abasíes. Tras la muerte de Nur ad-Din en 1174, Saladino comenzó una serie de campañas para consolidar el control sobre Siria, Mesopotamia y Arabia. Su habilidad para combinar diplomacia y estrategia militar le permitió unificar un vasto territorio musulmán.




Diplomacia y Estrategia Militar de Saladino.

Saladino sometió Damasco, Alepo y Mosul, extendiendo su control y creando un imperio cohesionado, lo que le permitió enfrentar a los cruzados como un bloque unificado. Este poder combinado fue crucial para su futura victoria en la Batalla de Hattin y la posterior recuperación de Jerusalén.


 La Batalla de Hattin y la Recuperación de Jerusalén (1187).

El punto culminante de la carrera de Saladino llegó en 1187, con la victoria decisiva en la Batalla de Hattin. Enfrentando a las fuerzas cruzadas lideradas por Guido de Lusignan y Reinaldo de Châtillon, Saladino utilizó su superioridad táctica y el desgaste del enemigo para derrotar a los cruzados. Esta victoria le permitió recuperar Jerusalén sin recurrir a la brutalidad de los cruzados de 1099.




La Recuperación de Jerusalén: Un Acto de Clemencia.

Tras la victoria en Hattin, Saladino recuperó Jerusalén el 2 de octubre de 1187. A diferencia de la masacre cometida por los cruzados en 1099, Saladino permitió la evacuación de los cristianos a cambio de un rescate y garantizó la protección de los lugares sagrados, un acto de clemencia que consolidó su reputación como un líder justo y piadoso.


La Tercera Cruzada: Saladino y Ricardo Corazón de León.

La recuperación de Jerusalén por parte de Saladino provocó la Tercera Cruzada (1189-1192), en la que los líderes europeos, como Ricardo Corazón de León, Felipe II de Francia y el emperador Federico Barbarroja, trataron de retomar la ciudad. Aunque los cruzados lograron victorias parciales, Saladino defendió con éxito Jerusalén y mantuvo el control de la ciudad.


La Firma del Tratado de Jaffa (1192).

Después de varias escaramuzas, Saladino y Ricardo Corazón de León llegaron a un acuerdo, firmando el Tratado de Jaffa en 1192. Este acuerdo permitió a los cristianos acceder a Jerusalén como peregrinos, mientras la ciudad permanecía bajo control musulmán, lo que reflejó el respeto mutuo entre ambos líderes.


El Legado de Saladino: Un Héroe Reverenciado.

Saladino murió el 4 de marzo de 1193 a los 55 años. A pesar de su vasto imperio, murió prácticamente sin riquezas, habiendo donado gran parte de su fortuna a los pobres y al sostenimiento de la yihad. Su figura perdura como un símbolo de resistencia, justicia y liderazgo tanto en el mundo islámico como en Occidente.


JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.



Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.



Si te ha gustado, puedes seguirme en mis redes sociales:

👉FACEBOOK

👉INSTAGRAM


Si quieres ser mi mecenas, puedes hacerlo aquí:


https://www.facebook.com/becomesupporter/elultimoromano1/


Bibliografía:

- Runciman, S. (2004). La historia de las Cruzadas (Vol. 3). Ediciones Akal.

- Historia Medieval (Siglos V-XII) Editorial Universitaria Ramón Arcés. J. Donado Vara, A. Echevarría Arsuaga.

Comentarios

ARTÍCULOS MÁS POPULARES.

ARTÍCULOS POPULARES.