EL FIN DE LA REPÚBLICA ROMANA.



EL PRIMER TRIUNVIRATO.



 Pompeyo regresó a Roma en el 61 a.C. después de sus campañas en Oriente con la intención de imponer su voluntad en el Senado, pero se encontró con la oposición de este y de Craso, por lo que para llegar a un acuerdo, se hizo necesario la intervención de un tercero: Julio César, que por entonces era propretor en Hispania.  

Con el acuerdo se creó el triunvirato, que elevó a César a Cónsul, consiguiendo que se aprobaran propuestas de Craso y Pompeyo y consiguiendo de forma excepcional el proconsulado de la Galia Cisalpina y Narboniense por 5 años con la intención de conquistar todo el territorio galo. Pompeyo y craso consiguieron lo mismo en el 58 a.C. tras los acuerdos de Luca, asignándoles Hispania y Siria, renovando César en las Galias y estableciéndose casa uno en su territorio.

Esto fue el comienzo de la desintegración de la unión, pues Craso fue derrotado estrepitosamente en Siria por los partos y en Roma se produjeron revueltas, declarando el senado el estado de excepción y proclamando a Pompeyo único cónsul. Este aprovechó para intentar desplazar a César, que se encontraba acabando la conquista de la Galia y finalizando su mandato proconsular que el Senado no quiso renovar, por lo que su única salida sería la militar. A inicios del 49 a. C., César atravesó el Rubicón y penetró en Italia con sus legiones, comenzando una guerra civil.









Con la temprana muerte de Craso combatiendo en Partia, así como la mujer de Pompeyo, que también era hija de César y los logros de este en la Galia y la fama que adquirió, pusieron los cimientos para acabar con la triple alianza.
En el 52 a.C. se produjeron graves desordenes en Roma, por lo que el Senado apoyó que Pompeyo fuera nombrado único cónsul durante un año (cónsul sine collega) para restablecer el orden.

aunque César lo aceptó a cambió de poder ser nombrado cónsul in absentia para poder ejercer desde las Galias, alejado de sus opositores y teniendo inmunidad judicial mientras fuese procónsul. Pompeyo se negó a que César se presentase a un segundo consulado y el senado comunicó a César que debía licenciar a su ejército y abandonar las provincias gala en el 41 a.C. por lo que su respuesta fue cruzar el Rubicón con su ejército, donde pronunció su famosa frase "alea iacta est".

La posterior guerra civil entre Pompeyo y César se dividió en dos fases: La campaña de Italia, Balcanes e Hispania y la de África y segunda de Hispania.







LA GUERRA CIVIL.



La marcha sin oposición de César hacía Roma, hizo que el Senado quitase su confianza a Pompeyo, lo que unido al caos general, hizo que este abandonara la ciudad huyendo a Brindisi para embargar hacia Grecia.

César tomó la ciudad y se hizo con el tesoro del erario. aseguró Las Galias mandando a Marco Lépido y se preparó para la conquista de Hispania, bajo el poder de los seguidores de Pompeyo. Su primera parada fue Marsella, a la que tuvo que someter a un largo asedio mientras avanzaba hacia la península, tras pasar los Pirineos, su primer enfrentamiento se produjo en la batalla de Ilerda, consiguiendo una importante victoria en el 49 a.C.

Después consiguió que el ejército de Varrón se pasase a su bando, con lo que la península quedaba en su posesión. En su vuelta a Italia, finalizó el asedio de Marsella, donde recibe la noticia de que había sido nombrado dictador, consiguiendo después que la Asamblea Centuriada le proponga para cónsul al año siguiente.

Al llegar a Roma reorganiza las instituciones que se encontraban en anarquía, dictó leyes, llamó a exiliados y dio la ciudadanía a los habitantes de la Galia Cisalpina. A los 11 días, renunció a su cargo de dictador y se dirigió a Brindisi en busca de Pompeyo, mientras en África, Escribonio Curio era derrotado por el rey Juba de Numidia, aliado de los pompeyanos.





Tras la huida de Pompeyo, César concentró a sus tropas en Brindisi con la intención de dar el salto a Grecia en busca de este, pero muchas legiones no estaban completas y su flota no estaba terminada. Aun así, embarcó a todos los posibles mientras dejó al resto del ejército al mando de Marco Antonio y Aulo Gabino a la espera de ser recogidos de nuevo por la flota.

Desembarcó en Dirraquium, base de Pompeyo, comenzando a tomar las bases costeras colindantes y asegurar la zona en espera de los refuerzos, que llegaron después del invierno y puso asedio a Dirraquium. Sin embargo, fue un fracaso total, escapando por los pelos con los restos a Tesalia, donde consiguió enlazar con dos cuerpos de ejército que había mandado durante el Asedio a Macedonia y Tracia.

Gracias a esos refuerzos, pudo entablar batalla en el 48 a.C. en Farsalia, donde esta vez obtuvo una victoria aplastante, haciendo huir a Pompeyo a Rodas, desde donde accedió a Egipto, donde la dinastía Ptolemaica se encontraba en un cruel guerra civil entre Ptolomeo XIII y Cleopatra VII. Las esperanzas de Pompeyo en seguida se desvanecieron, pues fue asesinado y Quinto Cecilio Metelo Escipión y Marco Porcio Catón huyeron con los restos del ejército al norte de África.

César pudo volver victorioso a Roma, donde llegó a perdonar a algunos seguidores de Pompeyo, entre ellos a Bruto. Fue nombrado dictador por segunda vez y cónsul por 5 años, reconociéndole capacidad de dirigir la política exterior. Al tener que ausentarse para las siguientes campañas, gobernaría en su nombre Marco Antonio en calidad de magister equitum, que desataría una política de terror hacia sus enemigos.







En el 47 a.C. César se dirige a Egipto en busca de Pompeyo, enterándose de que este había sido asesinado. Le rindió honores fúnebres y decidió aprovechar para intervenir en el país del Nilo para sustituir a Ptolomeo XIII por su hermana Cleopatra.

Uno de sus pasos fue quemar sus propias naves para que los egipcios no pudieran arrebatárselas, lo que provocó un incendio que afectó a parte de la biblioteca de Alejandría. durante su estancia, César y Cleopatra mantuvieron un romance, de donde nacería el futuro Ptolomeo XIV, hijo no reconocido por este y futuro último faraón de Egipto.

Al finalizar sus campañas en Egipto consiguiendo su objetivo, marcho a Asia menor, derrotando al reino de Ponto en la batalla de Zela, tras lo cual pronunció su famosa frase "vini,vedi,vici".

Aun con estas victorias, aun le quedaba una tarea pendiente: los huidos de Egipto, que se habían hecho fuertes en el norte de África...

Tras pacificar Oriente, César se dirigió al norte de África para acabar con los restos del ejército pompeyano a pesar de la muerte de este. En el 46 a.C. entabló batalla en Tapso, consiguiendo una nueva victoria y eliminando a la vez a Quinto Cecilio Metelo Escipión y Marco Porcio Catón.

aun así, los hijos de Pompeyo, Cneo y Sexto, así como su antiguo legado en las Galias, Tito Labieno, consiguieron huir a Hispania. Antes del asalto final, César convirtió en provincia la mayor parte de Numidia, con el nombre de Africa Nova.
Cuando regresó a Roma ese mismo año, el poder de César era ya indiscutible y el Senado tuvo que legitimarlo nombrándolo dictador por tercera vez, esta vez por el plazo de 10 años. César agradeció a sus tropas con compensaciones económicas y asignándoles terrenos estableciendo colonias en los territorios conquistados.
Al pueblo se le entregó trigo y libras de aceite en cumplimiento de una antigua promesa, rebajó los alquileres y celebró sus triunfos en la Galia, Egipto y África, ejecutando al jefe galo Vercingetórix, capturado años atrás.

Tras esto, comenzó los preparativos para la invasión de Hispania.







Pompeyo el Joven, Sexto Pompeyo y Tito Labieno llegaron a Hispania con los retos de su ejército tras la derrota de Tapso, esperando poder rehacerse en la península.

Las dos legiones de Hispania Ulterior, que ya habían sido derrotadas en Ilerda por César en la primera campaña de Hispania, se rebelaron contra la autoridad de este, pasándose al bando pompeyano.

Con estos y la influencia de su padre, lograron reunir un ejército de 13 legiones, logrando en el 46 a. C. el control de toda Hispania Ulterior.

César tuvo que regresar a Hispania para acabar de una vez con todas con la resistencia. La campaña fue corta ya que, tras algunas escaramuzas, derrotó totalmente a los pompeyanos en la batalla de Munda del 45 a. C.

Los hijos de Pompeyo tuvieron que refugiarse en Córduva, pero tras asaltarla, dio muerte a Cneo y Sexto tuvo que exiliarse al interior de la península.





LA DICTADURA DE CÉSAR.


En el 45 a.C. volvió victorioso a roma tras haber acabado con todos sus enemigos y con su nombramiento como dictador por 10 años, que se amplio en el año siguiente a perpetuidad. Nombró a Marco Antonio su magister equitum y adoptó a su sobrino Octaviano como hijo.

Llevó a cabo una política de reconciliación que generó incredulidad entre sus partidarios que deseaban venganza. Entre estas reformas estaban: Ampliación del senado de 600 a 900, admitiendo ciudadanos de provincias; aumento de magistraturas, reformas monetarias y liberalización económica; establecer colonias en las provincias para dar salida a los pobres y a los veteranos militares y extender la romanización, consiguiendo una disminución de pobres de 320.000 a 150.000 en la ciudad de Roma; el otorgamiento de la ciudadanía a ciudades no italianas por su lealtad; construcción de grandes obras urbanísticas y la imposición del calendario Juliano.

Sin embargo, en los años posteriores, inició una serie de gestos antirrepublicanos, como pasear con una capa púrpura, símbolo de la monarquía, construirse un trono de oro, ponerse corona en las estatuas... En las provincias estaban acostumbrados a estos comportamientos, pero en Roma, con una amplia tradición republicana, no. Esto hizo que muchos senadores pensaban que quería instaurar una monarquía, por lo que se planteó una conspiración que acabó con su vida.

Su herencia política fue asumida por su ahijado, Octaviano (futuro Augusto), que tras perseguir a los asesinos de César y la tercera guerra civil, se convertiría en prínceps e instauró el Imperio, poniendo fin a 5 siglos de república.







JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.

Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:

HISTORIA ANTIGUA UNIVERSAL II. EL MUNDO GRIEGO (2ª)
Autor/es: Fernández Uriel, Pilar. Editorial: U.N.E.D.



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