LAS GUERRAS MÉDICAS.







ORÍGENES.
 
A principios del siglo V a. C. las ciudades griegas de Jonia y Anatolia se revelan con la ayuda de Atenas contra el Imperio persa de Darío I. A pesar de que Darío consigue sofocar la revuelta, no se olvidará de la ayuda ateniense, a pesar de su política de acercamiento al mundo griego, En Atenas, Temístocles, manifiesta una política totalmente contraria de enfrentamiento a los persas, preparándose para una guerra con la fortificación del Pireo. Los persas intentan una primera expedición marítima, pero una tempestad que acabo con la mitad de la flota mientras los Macedonios atacaban al ejército, por lo que tuvo que retirarse en el 492 a. C. Ya en el 491 a. C. Darío envía un ultimátum a Grecia, siendo aceptado por casi todas las ciudades excepto dos, Atenas y Esparta, por lo que se iniciaría la resistencia antipersa y las Guerras Médicas.




LA PRIMERA GUERRA MÉDICA.

En el 490 a.C. Darío envía una potente expedición contra Atenas y Eretría por su implicación en la revuelta de las ciudades jonias. El ejército persa ea muy versátil, con gran variedad de tropas de diferentes nacionalidades (hasta 30.000 soldados y 300 trirremes), mientras que el griego se componía de falanges de hoplitas y tropas auxiliares (unos 10.000 soldados). Cuando su ejército al mando del ex tirano Hippias de Atenas llegó a Delos, respetó su santuario, cosa que no ocurriría con Eretria, región que saquearon y deportaron a sus habitantes a Susa.

Atenas se había preparado para el ataque, poniendo al frente del ejército a Milcíades, que consiguió de la Ekklesía (asamblea del pueblo) la aprobación para pedir ayuda a Esparta y plantear batalla a los persas.

Esparta se excusó por estar celebrando sus fiestas religiosas, llegando al campo de batalla una vez finalizada esta.

Los persas desembarcaron en Maratón, lugar donde el ejército ateniense les esperaba apostado en una cercana colina, estando compuesto por unos 10.000 soldados más otros 1.000 enviados por Platea. Los griegos se mantuvieron en su posición varios días en los que los ejércitos no se decidían a atacar hasta que Milcíades se decidió a atacar alargando sus líneas al componerlas solo de una profundidad de 4 soldados en vez de ocho. Tras hacer huir las alas persas y recomponer su centro, los griegos persiguieron al ejército persa hasta sus barcos.

Otra versión, es que tras varios días de indecisión y la posición fuerte de los griegos en el campo, los persas decidieran reembarcar para trasladar el ejército a otro lugar, siendo aprovechado por Milcíades para cargar en un momento de desorden de los persas.

Es extraño que después de la batalla, el ejército supuestamente vencido, tras reembarcar, se dirigiera a Atenas para intentar otro ataque que no se produjo ya que el ejército griego consiguió a marchas forzadas regresar por tierra a la ciudad.

Todo esto hace pensar en las numerosas posibilidades de la batalla, que mal documentada y con connotaciones casi heroicas y míticas, no nos permite saber con exactitud cómo fue su desarrollo y su conclusión final, pudiendo ser exagerado.

Tal victoria fue un hecho memorable para todos los griegos y, en particular, para Atenas, que había cargado con todo el peso de la batalla. Consecuencia de esto fue la gran confianza y prestigio de las instituciones y la ciudad de Atenas, el reconocimiento del estamento social que nutria a la infantería hoplita, ya que gracias a ellos se había ganado la batalla, la desaparición del cargo de arconte polemarca (jefe del ejército) y la consideración de héroes a los soldados, dándoles todo tipo de honores tanto vivos como muertos.

Con esta victoria parecía que el peligro persa se difuminaba, pero en seguida volverían los enfrentamientos entre los dos mundos.



EL DECENIO ENTREGUERRAS.
 
Entre la primera y segunda guerra, se vivieron 10 años en los que Milcíades de Atenas propuso seguir con las hostilidades contra Persia creando una línea de defensa en las islas Cícladas. A pesar de que logró el apoyo de la Ekklesía, la expedición fracasó en Paros tras 4 meses de asedio infructuoso. Esto hizo caer en desgracia a Milcíades, aprovechando Temístocles el momento para hacerse con el poder.

Sus medidas fueron la construcción de una poderosa escuadra naval, convirtiendo a Atenas en la primera potencia marítima, reformas institucionales para democratizarlas y la aplicación del ostracismo para personajes con inclinaciones filopersas.

Este breve periodo, se vio culminado con el ascenso de Jerjes I en Persia y la preparación de una nueva incursión al territorio heleno.






LA SEGUNDA GUERRA MÉDICA.

Jerjes I, tras acceder al trono y sofocar varias revueltas, comenzó los preparativos para la invasión de Grecia, incluidas construcciones como un canal a través de la península de Calcidia o un puente flotante sobre el Bósforo.

Por su parte, los griegos se reunieron en Corinto para acordar la resistencia, pactando una paz general, condenar futuras represalias contra ciudades que se aliaran con Persia o poner al frente de los ejércitos a Esparta.
La guerra se dividió en dos etapas:

En la primera un ejército formado por espartanos, al mando de Leónidas, junto a aliados griegos, resistieron temporalmente el avance persa mientras que por mar la armada griego intentaba lo mismo. Tras romper el cerco, Jerjes arrasó el Ática junto a Atenas. En Salamina, la flota griega, aprovechando un estrecho paso, destruyó a su homologa y más poderosa contrincante, además de que los hoplitas atenienses derrotaban a la infantería persa desembarcada en la isla. Esto hizo que la flota restante y parte del ejército persa se retiraran a Asia.

En la segunda, la mitad del ejército que había quedado en Grecia, fue derrotado en Platea por el ejército griego al mando del rey espartano Pausanias. De esta ciudad, salió una expedición de castigo a Tebas por su ayuda a Persia. Con la moral por las nubes, los griegos pasaron a la ofensiva, traspasando el conflicto a Jonia. La flota griega cazaba las naves persas y en tierra los contingentes persas eran atacados como en la batalla del río Eurimedonte en el 467 a. C.
La guerra continuó hasta la firma de un tratado de paz con Artajerjes I, el cual lo acepta, llamado Paz de Calias, en 448 a. C. que estipula ciertas condiciones para ambos pueblos: desistir definitivamente en su conquista y expansión de Grecia o
no volver a navegar por el mar Egeo pero permitiendo comerciar con las colonias griegas de Asia Menor.












JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:

HISTORIA ANTIGUA UNIVERSAL II. EL MUNDO GRIEGO (2ª)
Autor/es: Fernández Uriel, Pilar. Editorial: U.N.E.D.






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