LA GUERRA DEL PELOPONESO



















A finales del siglo V a. C. las ciudades estado griegas estaban divididas en grandes bloques de alianzas entre ellas, antagónicas entre sí.
 
Por un lado, estaba la Liga Ático-Délica, formada por más de 200 ciudades con Atenas al frente de todas gracias a su poderío naval (más de 300 trirremes) y sus clerurquías (pequeños colonatos militares en tierras extranjeras) en los puntos clave de los territorios de su influencia. Sus aliados más potentes eran Platea y Tesalia. Además, contaba con más de 16.000 soldados disponibles, una gran prosperidad económica y grandes ingresos financieros gracias a los foros (tributos) de sus aliados.
 
En el otro lado, estaba la Liga del Peloponeso. En este caso, era Esparta quien lideraba esta alianza que contaba con las ciudades del Peloponeso (excepto Argos y Acaya). Su punto fuerte era el ejército de tierra, que además del gran número de efectivos disponibles, contaba con la temible infanteria espartana. Sin embargo, carecían de una disponibilidad financiera como la Liga Ático-Délica y de una flota naval capaz de hacer frente a sus enemigos. Además, su conservadurismo e inmovilismo social, les hicieron incapaces de adaptarse a las nuevas situaciones que se darían, como el miedo a alejar el ejército de Esparta por miedo a una rebelión de los hilotas.


CAUSAS. 

A pesar de que es una cuestión debatida y la tensión existente, se pueden citar 3 causas: 

- La guerra entre Córcira y Corinto. Corinto decidió intervenir en la política de Epidamo, colonia de Córcira, que a su vez lo fue de Corinto, lo que motivó también la entrada de Córcira. Córcira solicitó su entrada en la Liga Ático-Délica, venciendo a Corinto que se distanció y buscó entrar bajo el paraguas de Esparta.

 - La defección de Potidea: La antigua colonia de Corinto, era miembro de la Liga Ático-Délica, pero Atenas le exigió duras condiciones como derribar sus murallas o entregar rehenes a Atenas, por lo que buscó la protección de Esparta, que le prometió defenderla si era atacada por Atenas. 

- El decreto de Mégara: Pericles solicitó mediante decreto el bloqueo comercial de la ciudad por supuestamente cultivar en el recinto sagrado de Eléusis. Tras el asesinato de unos emisarios, Atenas endureció las medidas con la orden de asesinar a cualquier megarense que se encontrara en el Ática. Los megarenses, eginos y, sobretodo, corintos, enviaron quejas a Atenas por sus praxis y a Esparta por permitirlo. Esparta respondió con una primera embajada a Atenas y seguidamente con otra que pedía el fin del asedio a Potidea, la libertad de Egina y la abolición del Decreto de Mégara. En la tercera embajada, se dio un ultimátum, iniciándose así las hostilidades.



BUSTO DE PERICLES.




LA GUERRA ARQUIDÁMICA.


En el 431 a. C. el rey espartano Arquidamo II, realizó la primera invasión del Ática que duraría 10 años hasta la Paz de Nicias.

El detonante fue el ataque de Tebas, que no formaba parte de ni guna de las ligas pero se alineaba con los espartanos, a Platea, miembro de la liga Ático-Délica. Atenas reaccionó enviando refuerzos, asegurando a la población y sus suministros y nombrando a Pericles autocrator.

Cuando los espartanos llegaron al Ática, se encontraron una región despoblada, ya que esta se había refugiado en la acrópolis de Atenas. Intentaron hacer salir al ejército de sus murallas arrasando sus campos sin resultado. Lo que sí hicieron lo atenienses, fue mandar a ssi flota a Mesenia, atacando por sorpresa en territorio espartano.

Sin embargo, la peste llegó a Atenas, matando a casi un tercio de la población, incluyendo Pericles. Entonces el gobierno osciló entre dos corrientes: la de Nicias, que buscaba la paz y la de Cleón, favorable a continuar el enfrentamiento. Finalmente la Ekklesía votó por el primero, consiguiendo una frágil paz.
Sin embargo, Esparta atacó y conquisto Platea. A esto se le sumaron los levantamientos de las ciudades de Lesbos, incluida Mitelene, que tuvo que ser asediada y tomada, la guerra civil de Córcira, en la que intervino Atenas, la guerra en Siracusa, con victoria para Atenas, la ocupación de Pilo o la derrota de Delion. Así en el 422, un ejército espartano al mando de Brásidas, atravesó Beocia y Tesalia hasta la península Calcídica, derrotando a un ejército ateniense en la batalla de Anfípolis y consiguiendo que muchas ciudades cambiaran de bando.
Sin embargo, en esta batalla murieron Brásidas y Cleón, los dos partidarios de la guerra de sendos bandos, lo que unido al desgaste de los dos contendientes y la amenaza para Esparta de los hilotas y Argos, dieron como resultado la Paz de Nicias en el 421 a. C.

Se estableció acceso a los santuarios panhelénicos, la devolución de ciudades y prisioneros y la garantía de que en caso de disensiones, se recurriría a un arbitraje neutral.

Corinto, Mégara y Beocia, aliados espartanos, no quisieron firmas ese acuerdo, ya que consideraban que les perjudicaba, y se unieron formando un tercer bloque, lo que provocó, entre otras cosas, un panorama de incertidumbre.








LA EXPEDICIÓN A SICILIA.

 
Tras la Paz de Nicias, en Atenas, el sobrino de Pericles, Alcibíades, había conseguido ser nombrado estrategos. Su política giro en torno a formar nuevas alianzas contra Esparta, atacando junto a Argos, Mantinea y Élide a Epidauro, adentrándose en Arcadia. Sin embargo, Esparta derrotó a la alianza, afirmando su hegemonía en el Peloponeso y firmando tratados favorables con los vencidos, mientras que Atenas tenía que volverse a solucionar los problemas internos de su imperio marítimo.

En el 416 a. C. en Sicilia, Segesta, aliada de Atenas, fue atacada por una aliada de Siracusa, lo que motivó la intervención ateniense.

Se envió una poderosa fuerza con grandes esfuerzos humanos y económicos, dirigida por tres estrategos en el 415 a. C.

Desde el principio, la falta de coordinación y las diferencias entre los estrategos entorpecieron la expedición. Alcibíades fue acusado de sacrilegio y tuvo que huirb a Esparta, que acabó aconsejando la invasión del Ática, cosa que sucedió en el 413 a. C. conformando dos frentes para Atenas, lo que supuso una desastrosa derrota y dando comienzo a la Guerra Decélica.









LA GUERRA DE DECELIA (413-404 a. C.) EL FIN DEL CONFLICTO.


Tras el fracaso ateniense en la expedición a Sicilia, se abrió un nuevo período de guerra en Decelia y Jonia, con el agravante de las pérdidas de soldados, el descontento de los metecos, crisis política y el sentimiento de culpa hacía los gobernantes por parte de la población.

Sin embargo, Esparta, se había visto reforzada, por lo que asumió el liderazgo en la defensa de las polis subyugadas por Atenas, aliándose con la Persia de Darío II, que alentó a las ciudades jonias a sublevarse contra Atenas. Sin embargo, michas ciudades jonias y de las Cícladas, al sublevarse, pidieron ayuda a Persia en vez de a Esparta, lo que suponía un desprestigio.

Mientras Atenas realizaba cambios políticos y militares, Esparta aprovechó para tomar la isla de Eubea en el 412 a. C. sin embargo, los Atenienses derrotaron a los espartanos en varias batallas navales en los años siguientes hasta que en el 406 a. C. su flota fue vencida en la batalla de Notion, lo que unido a que en la batalla de Arginusas, que si vencieron los ateniense, los generales ordenaran no rescatar a sus propios náufragos, creó un gran revuelo que se saldo con condenas y ejecuciones.

Una nueva batalla naval, esta vez en Egospotamos, dio la puntilla a Atenas, ya que Lisandro, al mando de la escuadra espartana, consiguió destrozar de una vez por todas a su homóloga ateniense, dando al traste con el imperio marítimo ateniense y abriendo paso para sitiar la propia Atenas.
En el 404 a. C. Atenas, sitiada por tierra y mar, tuvo que capitular ante la Liga del Peloponeso, teniendo que desarmarse e integrarse en la Liga comandada por Esparta.

El fin de las Guerras de Peloponeso, traerían consecuencias nefastas para todos los griegos, que vieron como adquirían deudas con los persas, los piratas aprovecharon la caída de Atenas y su imperio marítimo, la economía y comercio se resintieron enormemente, al igual que la demografía debito al largo conflicto y se produjo una época de inestabilidad social, moral, ideológica y religiosa.















JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.

Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:

HISTORIA ANTIGUA UNIVERSAL II. EL MUNDO GRIEGO (2ª)
Autor/es: Fernández Uriel, Pilar. Editorial: U.N.E.D.


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