EL IMPERIO BABILÓNICO.









OSCURO NACIMIENTO


Para comenzar la historia de esta ciudad de Oriente Medio, famosa por albergar los míticos jardines colgantes, unas de las maravillas de la antigüedad, debemos retroceder sobre el tercer milenio antes de Cristo, durante los periodos sumerios, acadios y neosumerios, donde pasa inadvertida para las fuentes, por lo que se debía de tratar de una pequeña ciudad sin relevancia política en el entramado de ciudades-estado de Mesopotamia.

De ella se sabe algo por documentos que la mencionan durante el gobierno de Sargón el grande, impulsor del Imperio acadio y de Sharkalisarri, otro emperador acadio. También se sabe que en la III dinastía de Ur, ya en el periodo neosumerio, durante el reinado de Shulgi, la ciudad quedó seriamente destruida (aprox. entre 2111-2003 a.C.).

A partir de aquí, su historia entra en la oscuridad, pues no se sabe nada de ella hasta el 1894 a.C., momento en el que un personaje amorreo, Samu-abum, ocupó la ciudad y fundó una dinastía que duró 3 siglos y que sería de las más importantes de la antigüedad en Mesopotamia.


IMPERIO NEOBABILÓNICO.


En 1894 a.C. el amorreo Samu-Abum conquista la ciudad de Babilonia, fundando su propia dinastía y procediendo de inmediato a restaurar las murallas y el ejército, llegando a lograr que el rey de Asur le rindiera cierto vasallaje.

Su hijo, Sumula Ilu, emprendió campañas de largo alcance, conquistando varias ciudades como Larsa, Krish o Sippar al tiempo que reorganizaba el sistema económico.
Los siguientes reyes, Sabium, Apil-Sin y Sin-Muballit, siguieron con la política de conquistas, llegando a controlar la casi totalidad de Sumeria y Acadia y emprendiendo un importante programa constructivo. Sin embargo, durante el reinado de Sin-Muballit, ciudades como Larsa, Asun o Eshnunna, se rebelaron contra la dominación babilónica.

El siguiente rey, haría frente a estas y otras amenazas, alcanzando el máximo esplendor de la dinastía.




PRINCIPALES CIUDADES DE MESOPOTAMIA.



EL GRAN HAMMURABI.






En el año 1792 a.C. se produjo la entronización de Hammurabi como rey de Babilonia. En su comienzo tuvo varios frentes abiertos: Larsa al sur, Asiria al norte y Eshnunna al noreste. Primero se encargo de Larsa, conquistando las ciudades de Isin y Uruk que estaban subordinadas a Larsa y consiguió el vasallaje de esta última. Los siguientes años los pasará guerreando con Eshnunna sin conseguir una victoria clara, hasta que, a partir de 1762/61 a.C. consigue Eshnnuna, Larsa, Ur, Uruk y Nippur, además de vencer a Mari y manda expediciones de castigo contra Asiria y Elam. Hammurabi conseguía así la unificación de Mesopotamia durante un breve periodo de tiempo y con las excepciones de Asiria en el norte y Elam en el este, dando al Imperio su época de mayor esplendor. Tales conquistas no solo se fraguaron mediante la fuerza, pues además de gran militar, fue un gran diplomático, como por ejemplo con los hurritas, tribus seminómadas que comenzaron a asentarse en los confines de Mesopotamia y con quien decidió pactar antes que atacar, dejando a su hijo un imperio totalmente pacificado.






Hammurabi también fue un excelente administrador, cambiando la tendencia de las antiguas ciudades-estado hacia un modelo más centralizado. Las ciudades conquistadas pasaron a ser capitales provinciales gobernadas por funcionario real, dando inicio así al concepto de país de Babilonia que se usaría en los siglos venideros. Durante esta dinastía, el palacio se consolida como centro de poder en detrimento del templo, se asignan considerables lotes de tierra a soldados en lasa provincias conquistadas a modo de colonización (Ilkum). Se realizaron grandes obras, sobre todo de canales de regadío para intensificar la agricultura, llegando a salinizar numerosas tierras debido al exceso de riego.
Pero uno de los legados más importantes de su reinado, sería el famoso Código de Hammurabi, entre otros, donde nos legaría su forma de organizar las leyes, la sociedad o l economía.

En el plano social, en esta etapa existían 3 clases de estamentos: awilum (libres), mushkenum (inferiores) y wardum (esclavos). Su base social fue la familia, permitiéndose en divorcio

En cuanto a la economía, está se sustentó en la avanzada agricultura, la ganadería, especialmente de bovino y ovino, la manufactura de productos y la economía (exportación de comida por materias primas como metales, escasos en Mesopotamia).

Por ultimo, en el plano religioso, se basaron el el antiguo panteón de dioses sumerio-acadios, poniendo al frente a su principal dios, Marduk, seguido de otras divinidades sumerias como Enlil o Anu, para cuyo culto se construyeron numeroso y grandiosos templos que administraban lotes de tierra y contaban con una sofisticada estructura funcionarial para administrarlo.


EL FIN DE LA DINASTÍA AMORREA.


A la muerte del Hammurabi, su hijo Samsuiluna prosiguió la obra de su padre durante 9 años más, ya que aparecería un nuevo y misterioso pueblo del este, los cassitas, que invadieron Mesopotamia. Aunque Saumsiluna pudo hacerles frente, el estado de guerra fue aprovechado por ciudades como Ur, Isin, Eshnuna, Uruk o Larsa para independizarse. También en el sur al de Sumer se produjo un levantamiento general en 1735 a.C. que dio como resultado la formación de un estado independiente conocido como País del Mar. En el norte, los asirios también se e levantaron en su ciudad, Assur, y recobraron la independencia.
Su hijo, Abi-eshukh, no pudo controlar todas las revueltas internas y nuevos intentos de los cassitas de invadir Mesopotamia, que acabaron asentándose en el cauce medio del Eufrates. Se intento recuperar el País del Mar, llegando incluso a desviar el curso del Tigris, pero la empresa al final no resultó.

Los dos siguiente sucesores vieron como los cassitas siguieron penetrando e integrándose en toda Mesopotamia y como los hititas invadían Babilonia para saquearla en 1595 a.C. acabando con la dinastía amorrea.


LA DINASTÍA CASSITA.


Con la incursión hitita del siglo XVI a.C. Babilonia no solo perdió unos de sus símbolos, la estatua del dios Marduk robada por estos, sino que el Imperio quedó prácticamente desmantelado. Esta situación fue arpovechada por el País del Mar para tomar el poder de la zona, estableciendo su capital en Urukug hasta 1455 a.C. momento en el que los cassitas tomarían el poder.





CARRO DE GUERRA CASSITA.


Este pueblo montañés de origen desconocido, logró establecer una dinastía de 36 reyes., comenzando su control desde la zona norte de Babilonia, para avanzar hacia el sur y conquistar los territorios bajo el País del Mar, además, lograron recuperar la estatua del dios Marduk, legitimándose así en el trono.

Con el País del Mar y Elam controlados, tuvieron que hacer frente a los asirios por el norte y la tribu de los suteos en Siria, mientras fraguaban una alianza con el faraón egipcio Thutmosis III que duró varias generaciones e incluso llegaron a realizarse intervenciones militares conjuntas.

Los años siguientes, con la paz asegurada, empeñaron sus esfuerzos en la construcción de infraestructuras y de su nueva capital, Aqar Quf.

Gracias a la buena diplomacia, el rey Burna III (1375-1347) contrajo matrimonio con una hija del rey asirio, naciendo de esta unión Kara-Khardash, asirio y babilonio, lo que traería serios problemas a la dinastía y sería el comienzo del fin de esta.








La ascensión de Kara-Kardash (medio asirio y medio babilonio) no gustó a l facción más nacionalista de la nobleza babilónica, por lo que a los pocos meses, asesinaron a este y colocaron a otro rey. Esto enfureció al rey asirio, ya que el regicidio se había producido sobre su nieto, por lo que atacó sin piedad Babilonia y puso a su propio rey-vasallo. Kurigalzu II, pronto intento liberarse del vasallaje asirio y comenzó hostilidades contra ellos y contra el reino sureño de Elam, a la vez que firmaba un pacto de alianza con los hititas.

Los siguientes reyes tuvieron que hacer frente a serios problemas económicos y sociales. A esto se le sumó la invasión de Asiria, que tomó la capital y nombró a un virrey. Los elaboras también quisieron tomar su trozo de pastel y atacaron las tierras del sur de Babilonia, anexionándose los restos del imperio y consiguiendo numerosos botines.
Tras varios virreyes ineficaces, la nobleza cassita consiguió poner en el trono a Kashtiliash I, que aprovechó una guerra civil en Asiria para mandar una expedición y conseguir una paz favorable e influyendo en los asuntos dinásticos, facilitando el acceso al trono a la persona favorable a sus intereses.

Los siguientes reinados discurrieron en paz hasta que a mitad del siglo XII a.C. Elam atacó ferozmente Babilonia, conquistando varias ciudades e imponiéndoles fuertes tributos, además de saquear antigüedades como la estela de Naram-sin o el Código de Hammurabi (que permanecería en Susa hasta el siglo XX).

Tras conquistar la capital, Babilonia, y poner como gobernador a su hijo, aplastando cualquier intento de rebelión, el rey elamita deportó al rey babilonio junto con la estatua del dios Marduk, destruyendo numerosas ciudades y dejando el reino en ruinas. Acababa así la dinastía cassita después de más de 500 años de gobierno.






CÓDIGO DE HAMMURABI.


LA CUARTA DINASTÍA.


Tras la caída de los cassitas, Babilonia se encontraba en ruinas y ocupada por lo elamitas. A pesar de esto, pronto se comenzaron a organizar focos de resistencia, sobre todo en la ciudad de Isín, que comenzó a batallar contra elamitas y asirios, recuperando de estos últimos la estatua robada del dios Marduk.

Nabucodonosor I (1124-1103 a.C.) hizo resurgir el reino de las cenizas, y no solo culturalmente, pues militarmente comenzaron ataques mas fuertes contra los asirios y los elamitas. Contra estos últimos mandó dos expediciones: la primera fracasó por una epidemia y la segunda, logró una victoria en la batalla de Karum, por lo que pudo saquear Elam y sumirlo en la miseria durante tres siglos., recuperando otra de las estatuas de Marduk perdidas.







Las siguientes décadas fueron de paz, con un par de reyes que pasaron sin pena ni gloria hasta que, en el siglo XI, se desencadenó una terrible epidemia que se unió a la invasión de los arameos, una tribu nómada de Siria que se había visto desplazada por las incursiones de los Pueblos del Mar en su zona.

Estos consiguieron fundar varios reinos antes de caer sobre Babilonia, llegando a instaurar un rey arameo con la ayuda de los asirios, ya que su propio rey, se casó con una princesa aramea para frenar el peligro que estos suponían.

Estos pudieron invadir Babilonia a placer junto con sus aliados suteos, sumiendo a Babilonia en una época de inestabilidad.



LAS DINASTÍAS V, VI, VII Y VIII.


Tras la destrucción causada por arameos y suteos, el gobierno fue asumido por la dinastía cassita del País de Mar, siendo la quinta de Babilonia. Tras 20 años, la familia Bazi instauró su propia dinastía (sexta), que aunque intentaron recuperar el imperio, les fue imposible.
A inicios de X siglo a.C. el elamita Marduk Bitiaplausur fundó la séptima dinastía, aunque duró tan solo 6 años.

En 977 se funda la dinastía E, siendo tan desastrosa que no se pudo ni celebrar las fiestas en honor al Año Nuevo, que eran de gran importancia, viéndose sometidos a sistemáticos ataques de arameos y suteos.

En 905, los asirios vencen a los babilonios, teniendo que aceptar nuevas fronteras y un matrimonio doble con estos. Por lo menos, esto causó un periodo de paz aprovechado por los reyes babilonios para restaurar las ruinas, hacer florecer de nuevo la ciencia y la cultura.
En 850 se desató una guerra civil entre los dos contendientes al trono, interviniendo el rey asirio Salmansar III para derrotar al usurpador y colocar en el trono a su aliado Marduk Zakir Shumi I. En 823, este le devolvió el favor al hijo de Salmansar, enfrascado en otra guerra civil por el trono de Asiria, aunque esta vez le pidió unas deshonrosas contrapartidas por su ayuda. Esto le valió que, cuando Shamshi Adad, hijo de Salmansar, ya estaba asentado en el trono real, atacase Babilonia durante varios años.

Con estos ataques y la deportación de sus reyes a Asiria, Babilonia entró de nuevo en una fase de capa y destrucción, llegando a abrirse un periodo de 12 años en los que ni siquiera hubo rey.

La octava dinastía fue continuada por los caldeos, que tras invadir el país, se intitularon reyes de Babilonia aprovechando el caso hasta el 748.


LA NOVENA DINASTÍA Y EL YUGO ASIRIO.


Tras la anarquía desatada en las anteriores dinastías, Nabonasar (747-734 a.C.) instauró la novena dinastía y abrió un nuevo periodo para Babilonia, el cual estaría marcado por el dominio asirio.

Nabolasar, intitulado rey de Babilonia, lo fue gracias a la protección de su coetáneo Tiglath-Pileser III de Asiria. Con el asesinato de Nabolasar debido a las intrigas palaciegas, el rey asirio aprovechó para invadir toda Babilonia y anexionarla. Tanto Tiglath, como su hijo Salmansar V, mantuvieron el doble trono hasta la muerte del segundo, momento que fue aprovechado por Marduk apla iddina, jefe caldeo, para hacerse con el trono de Babilonia con la ayuda de Elam. Su reinado se basó en la reconstrucción del reino y en la alianza con los elamitas para rechazar a Asiria. Sin embargo, en Asiria gobernaba el legendario Sargón II, que pronto volvió a invadir Babilonia haciendo huir a Marduk e instaurando un nuevo periodo en Babilonia, el de los Sargónidas.






LOS SARGÓNIDAS.


A la muerte de Sargón II, su hijo Senaquerib asumió el trono de Asiria y Babilonia en el 704. Sin embargo poco duró su reinado, ya que fue depuesto por un misterioso personaje meses después, lo que le sirvió a Mardukapladdina II para salir de su refugio en las tierras pantanosas y recuperar Babilonia con la ayuda de Elam. Pero nuevamente Senaquerib organizó un poderoso ejercito que lo derrotó, volviendo a reconquistar el trono babilónico, poniendo como rey a un funcionario asirio mientras el gobernaba desde Asur.

Este funcionario, llamado Bel ibni, fue incapaz de retener el trono por las revueltas, por lo que el rey asirio tuvo que volver a intervenir, pacificar la zona, destituir a Bel ibni y poner en el trono a su propio hijo Assurnadinshumi. Aunque pudo reinar en una relativa paz, en el marco de la guerra asirio-elamita, estos últimos consiguieron capturarlo en un golpe de mano, por lo que de nuevo Senaquerib organizó un ejército que atacó a Elam.
Aprovechando el río revuelto, un caldeo, Mushezib-Marduk, se hizo con el trono de Babilonia con la ayuda de los arameos, formando una coalición para luchar contra asiria. En el 691 a.C. se encontraron ambos ejércitos con resultado incierto, pues ambos se asignaron la victoria, aunque dos años después, los asirios tomaron de nuevo Babilonia, esta vez con grandes dificultades. Esta vez, Senaquerib, harto de las revueltas, optó por saquear el país, abandonándolo después de destruirlo, llegando a desviar las aguas del Éufrates para inundar la ciudad y destruyendo las estatuas de los dioses.

Tras esto, legó lo que quedaba de Babilonia a su hijo Assarhaddon, que en el 681 conseguiría también el trono de su padre. Cautivado por la cultura e historia babilónica, su política se centro en la reconciliación de ambos países, llevando a cabo una grandiosa reconstrucción. Tal fue el grado de paz y prosperidad alcanzado, que se permitió atacar Egipto, territorio codiciado desde tiempos por los asirios, aunque después de dos expediciones, murió antes de lanzar una nueva campaña, quedando su reino dividido entre dos de sus hijos con la consiguiente guerra civil. Tras varios años de guerra, Assurbanipal consiguió sitiar Babilonia, donde se encontraba su hermano Shamash shuma, quien decidió lanzarse a las llamas antes de ser capturado. La ciudad volvió a ser saqueada, por lo que posteriormente tuvo que ser purificada y restaurada para ser anexionada por Assurbanipal, quien reinaría sobre Asiria y Babilonia hasta su muerte.



EL IMPERIO NEOBABILÓNICO.


Tras la muerte de Assurbanipal, los caldeos volvieron a apoderarse del trono fundando la X dinastía.

Su primer rey fue Nabopolasar I (625/605 a.C.) el cual siguió en su enfrentamiento contra el poder asirio que seguía deseando el control de Babilonia. En el 620, consiguió la independencia plena de Asiria y 5 años después llegó a asediar su capital, Assur, aunque con nefastos resultados, pues no solo no consiguió tomar la ciudad,si no que después, tuvo que soportar un asedio en su propia capital.
Sin embargo, un nuevo poder procedente del este, los medos, atacaron y conquistaron Asiria, lo que fue aprovechado por Nabopolasar para firmar un acuerdo de alianza con la nueva potencia y juntos, acabaron con lo que quedaba de Asiria en 609 a.C. a pesar de la ayuda recibida por parte de los egipcios, por lo que tras la derrota de los primeros, la lucha siguió entre Egipto y Babilonia.

En 605 a.C. Nabucodonosor II, príncipe heredero, derrotó a los egipcios en la famosa batalla de Karkemish, pudiendo anexionarse Siria y Palestina, regresando a Babilonia en 604 con un gran botín para ocupar el trono tras la muerte de su padre.
Este rey sería uno de los más míticos de la antigüedad, a él se le atribuye la construcción de los jardines colgantes de Babilonia, grandes dotes militares, administrativas y políticas, así como numerosos relatos bíblicos.

Además de sus campañas contra Egipto o Khatti, es famosa el asalto a Jerusalén en 597 en respuesta a una rebelión de su gobernante, deportando a numerosos judíos a Babilonia e impusiera un fuerte tributo a l región.

Según la Biblia, una Segunda campaña contra la ciudad, terminó con la destrucción del templo, de las murallas y la deportación de la población.
Tras el esplendor alcanzado por Nabucodonosor, sus sucesores no conseguirían mantener el poder y sucumbirían ante una nueva potencia.



MÍTICOS JARDINES COLGANTES DE BABILONIA.

EL FIN DEL IMPERIO.


Tras la muerte de Nabucodonosor II, el trono pasó rápidamente por las manos de su hijo, su cuñado y su sobrino, hasta que Nabónido, un desconocido arameo, consiguió hacerse con el poder.

Aunque no era de ascendencia real, Nabónido era hijo de un jefe tribal atañendo y una sacerdotisa del templo de Sin y había sido educado en la corte babilónica. El hecho de adoptar al Dios de Sin, le valió enfrentamientos con el clero babilónico, seguidores del Dios Marduk. Se empeñó en reconquistar la ciudad deKharran para reconstruir el templo de Sin, por lo que pidió ayuda al persa Ciro II de la dinastía Aqueménida. A su vez, esto provocó que Ciro tuviese que enfrentarse a su abuelo Astiages, rey de Media que se oponía a tal acto, consiguiendo la victoria y así la unificación en una persona de Media y Persia, desatando así una nueva potencia que cambiaría el destino de Oriente. Nabónido se salió con su plan y el obtuvo de Ciro la ciudad de Kharran, donde se desplazó para iniciar su obra dejando en el trono de Babilonia a su hijo Baltasar. Pronto se le empezaron a acumular los problemas con disturbios, epidemias y hambrunas.

Mientras tanto, Nabónido había comenzado un extraño autoexilio en l península arábiga, la cual tuvo que abandonar tras 10 años para regresar e intentar solucionar el caos y el avance de Ciro II, que se había vuelto contra Babilonia y avanzaba con paso firme ya que a su paso, encontraba facciones favorables a los persas y su política de tolerancia religiosa,por lo que era recibido como un liberador en muchas ciudades. Nabónido intento unificar a arameos y árabes, ya que los caldeos se habían pasado al bando persa pero no consiguió nada, por lo que huyó a la ciudad de Sippar dos días antes de que Ciro entrase sin oposición en Babilonia, donde liberó a los judíos deportados anteriormente. Nabónido fue finalmente apresado por los persas y se le permitió gobernar la región de Carmania en Irán, mientras su hijo corría peor suerte.

De esta forma tan poco épica acababa la historia no solo de un imperio legendario, sino de 3 milenios de historia de Mesopotamia.



LIBERACIÓN DE LOS HEBREOS POR CIRO II.


JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.


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Bibliografía:


Historia Antigua del Proximo Oriente y Egipto. Jasvier Cabrero Piquero y Federico Lara Peinado. Uned 2021.



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