EL ORIGEN DE LAS ÓRDENES MENDICANTES.







 Tras el apogeo durante la Edad Media de las órdenes monásticas como los cluniacenses y cistercenses, con el transcurso del tiempo llegarían nuevas formas de espiritualidad que desbancarían a estas. El atas órdenes monásticas habían quedado ancladas en el ámbito rural con sus grandes posesiones, ajenas al surgimiento del poder urbano, las universidades y su nueva forma de pensamiento durante la baja Edad Media. Nuevos movimientos predicadores surgieron de estos tiempos modernos, criticando la falta de pobreza evangélica de los monasterios, la jerarquía de la sociedad o comportamientos inmorales. Como ejemplo a este descontento, surgieron grupos que fueron considerados heréticos y perseguidos como los cátaros o los valdenses. A pesar de ser reprimidas, en el seno de la Iglesia se vio la necesidad de una reforma que conectara con la sociedad.
Surgieron así las órdenes mendicantes, que a diferencia de las tradicionales monásticas, vivían solo de la caridad, admitiendo como única posesiones sus libros, ropa y el propio convento, sin tierras ni posesiones materiales. Los habitantes del monasterio no serían monjes, si no frailes, que se afanarían en la predicación, a veces itinerante, y al cultivo intelectual, por lo que órdenes como los dominicos o franciscanos tuvieron un papel importante en las nuevas universidades europeas, además de dar importantes personajes para la política.




Santo Domingo de Guzmán, obra de Claudio Coello.




LOS FRANCISCANOS.

 San Francisco de Bernadone o de Asís, nació en la ciudad que le da nombre hacia 1182 en el seno de una familia acomodada. A los 20 años sintió la llamada De Dios y junto con un grupo de amigos, emprendió una vida de penitencia, oración y mendicidad conforme a los nuevos ideales religiosos de pobreza evangélica, pasando estos grupos a denominarse viri poenitentiales (hombres de penitencia).
En 1210, gracias a la fama despertada por estos ante el pueblo, el papa Inocencio III aprobó que se constituyeran en fraternidad y predicarán sobre temas de moral.
Francisco, en 1223, tras viajar a Egipto e intentar convertir al sultán ayubí, redactó una regla, que serviría de guía par su Orden de Frailes Menores aprobada por Honorio III. En 1226, murió tras haber dejado la dirección de la orden a sus amigos.
Pronto la orden adquirió fama y se expandió por Europa, contando con conventos en todas ciudades importantes y llegando a fundar una rama femenina.
Sin embargo, en el seno de la orden existía un conflicto entre defensores de la pobreza extrema y los conventuales, más moderados. Tuvo que ser San Buenaventura, quien en 1274 promulgara una constitución par zanjar el asunto, aunque sin mucho éxito, pues el conflicto se prolongó hasta el siglo XIV, cuando Juan XXII, persiguió a los más extremistas, apodándolos fratichelli (frailecillos). Pero ni con estas se consiguió finalizar el conflicto interno, por lo que finalmente, en 1434, el papa Eugenio IV la dividió en dos congregaciones sometidas a un único General: los Conventuales (moderados) y los Observantes (radicales).




Giotto. Frescos de la basílica superior de San Francisco de Asís.



LOS DOMINICOS.

 Su fundador, el español natural de Caleruega, Santo Domingo de Guzmán, nació en está localidad burgalesa en 1170. Tras recibir formación moral y cultural, estudio teología y fue ordenado sacerdote. En 1203, acompañó al obispo de Osma en una embajada por el sur de Francia, donde conoció la herejía albigense, a la que se decidió a combatir.
En 1215, funda en Toulouse la Orden de los Predicadores con la autorización del papa Honorio III. También fundó casas en las sedes de las principales universidades e la época, Paris y Bolonia.
Esta orden de frailes viviría en conventos regidos por un prior, repartiéndose en provincias a cuyo frente había un capítulo provincial. La cabeza de la orden era un maestro general, que era aconsejado por un capítulo general.
La vida en el convento se regía por la regla de San Agustín, haciendo hincapié en la pobreza y la formación intelectual.
En cada convento se crearía una biblioteca, convirtiéndolos en centros de estudio donde preparar a los predicadores. A la muerte de su fundador, la orden contaba con más de 20 casas en los principales centros universitarios como Oxford, Colonia o Toulouse.
Debido a la excelente preparación de sus predicadores y frailes, los papas les encargaron la misión preferente de combatir las herejías, por lo que se les conocería como inquisidores, ya que estos pertenecieron casi en exclusiva a miembros de esta orden.





Cuadro de la bula de de fundación de los dominicos.








JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


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BIBLIOGRAFÍA:

- Historia medieval. Ana Echevarría Arsuaga. Julián Donado Vara. EU Ramón Areces.

- Atlas histórico de la Edad Media. Ana Echevarría y José M. Rodríguez. EU Ramón Areces

- https://ofm.org/es/orden/

- https://www.dominicos.org/quienes-somos/historia-de-los-dominicos/

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