LA GUERRA DE ROMA CONTRA NUMIDIA.

 


A pesar de ser aliados, en 118 a.C. el rey númida Micipsa muere y su sobrino Jugurta asesina al heredero primogénito y primo suyo, Hiempsal. En un principio accede a repartirse el reino con su otro primo, Adherbal, pero pronto lo ataca y conquista su capital, Cirta (actual Constantinia), asesinando a multitud de personas entre las que se encontraban comerciantes y ciudadanos romanos.




Esto no gustó nada en Roma y consideraron el gobierno de Jugurta como una amenaza, así que, el senado romano envió un ejército para poner paz e imponer sus condiciones, siendo rápidamente aceptadas por Jugurta que no vio ninguna oportunidad de vencer al poderoso ejercito romano, de momento. Esta rápida sumisión solo era una estratagema para ganar tiempo, ya que el acuerdo no fue aceptado después por el senado, por lo que, a pesar de que Jugurta fue llamado a Roma para negociar, tampoco se alcanzó ningún acuerdo sobre qué decisión tomar, puesto que este tenía en mente otros planes mientras entretenía al senado, llegando incluso a ordenar otro asesinato en la propia capital contra otro de los posibles pretendientes al trono de Numidia. Ya en 110 a.C. con Jugurta ya gobernando su reino, el senado decidió enviar otro ejército tras la presión popular, que no aceptaba que Jugurta se estuviese saliendo con la suya sin repercusiones, pero la campaña pronto se estancó debido al difícil terreno norteafricano y a los engaños del rey Jugurta que, ahora sí, estaba preparado para la resistencia y sometió a hostigamiento y emboscadas al ejército romano inflingiéndole varias derrotas.


   Caballería númida. Autor Giuseppe Rava


El año siguiente, se envió otro poderoso ejército al mando del cónsul Quinto Cecilio, a quien acompañaban los legados Publio Rutilio y Cayo Mario, este último, llegará a ser una de las figuras más destacadas de la historia de roma, entre otras cosas, por su reforma militar. Su primera acción en la guerra, fue realizar un adiestramiento intensivo de las tropas y devolver la moral perdida a los soldados que llevaban un año estancados. Seguidamente, marchó hacia el interior del país, viendo como Jugurta se retiraba con el fin de ser perseguido, pero los romanos no cayeron en la trampa y solo se dedicaron a asediar las principales plazas sin perder su línea de suministros, recuperando la capital, Cirta.

 
Esto obligó a Jugurta a enfrentar a los romanos, por lo que se dispuso a hacerlo mediante una emboscada en el río Muthul, donde tras la inicial sorpresa, parecía que había conseguido desorganizar a los soldados enemigos y que la batalla estaba ganada. Pero esta vez, los romanos contaban con una buena preparación y unos generales muy capaces, que tras reorganizar las tropas y aguantar las cargas de caballería, realizaron un contraataque que eliminó a los peligrosos elefantes de guerra y buena parte de la infantería numidia. La batalla finalmente acabó en tablas, los numidios tuvieron que retirarse, pero habían inflingido más bajas en el enemigo, por lo que Jugurta volvió a cambiar hacia una táctica de hostigamiento y la guerra volvió a estancarse. En estas, Cayo Mario consiguió ser elegido senador y en 107 a.C. fue enviado con otro ejército, esta vez bajo su mando directo, para acabar con la guerra. Esta vez, para formar su ejército, reclutó soldados en Roma entre las clases bajas y antiguos soldados arruinados, sumándolos a parte del ejército que ya estaba en Numidia al mando de Rutilio.


Soldados romanos durante la Guerra Yugurta: A jinete; B legionario; C centurión. Autor Angus Macbride

 

La guerra se retomó igual que antes: adiestramiento, saqueo y asedio de plazas. Esto, unido a que la guerra ya se había alargado mucho y que eran los númidas quienes sufrían las consecuencias de los saqueos, asedios y quema de campos, comenzaron a desmoralizarse. Bomilcar, pariente de Jugurta, estuvo a punto de pasarse al bando romano atraído por Cayo, pero fue descubierto. Posteriormente, el cuestor Lució Cornelio Sila, consiguió atraer al propio Jugurta a una falsa negociación junto al rey Boccho de Mauritania, siendo apresado de una vez por todas. Los númidas, ya de por sí bajos de moral y cansados de años de lucha que no podían ganar, se rindieron a Roma en el año 105 a.C. celebrando Cayo Mario la victoria el año siguiente en Roma mientras paseaba a Jugurta como su rehén y comenzando así su fascinante historia.


Guerra de Yugurta, principales acciones militares.

 



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Bibliografía:

La guerra hispana de Sertorio. José A. López Fernandez. Ed. Almena.

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