¿UN ARZOBISPADO EN PEKÍN?
Curioso, pero cierto. Nos encontramos en el siglo XIII, donde los mongoles están en su apogeo, habiéndose expandido desde China hasta las puertas de Europa y Siria. El extenso imperio creado por el legendario Gengis Kan había sido fraccionado en varios kanatos teóricamente dependientes de un gran kan que gobernaba los territorios situados en China y Mongolia donde habían establecido la dinastía Yuan. Sin embargo, será el 4º gobernante del Ilkanato de Persia, el kan Arghun, quien envió una embajada al papado a fin de establecer relaciones con el mundo occidental buscando aliados contra sus enemigos en Siria y Egipto, los mamelucos. En 1287 llegaron varias cartas a las cortes europeas, entre la que se encontraba la del Papa Nicolás IV, quien recibió la misiva a través del embajador del kan, un chino llamado Bar Gauma. Las solicitudes de alianza fueron ignoradas por todos los gobernantes, pero la posterior llegada de noticias de la lejana China por parte de la familia Polo, despertaron la curiosidad del Papa, que pensaba en nuevos territorios donde expandir el cristianismo.
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