LA CONSPIRACIÓN DE LA PÓLVORA.
Pocos episodios de la historia británica han calado tan hondo en el imaginario colectivo como la fallida Conspiración de la Pólvora de 1605. Un intento audaz, casi suicida, de volar el Parlamento inglés con todos sus miembros dentro. El rostro de su figura más conocida, Guy Fawkes, ha trascendido siglos para convertirse en un símbolo moderno de resistencia. Pero ¿qué ocurrió realmente aquella noche de noviembre? ¿Quién era Fawkes y qué lo empujó a sumarse a esta causa? Detrás del humo de los fuegos artificiales del 5 de noviembre se esconde una historia cargada de tensiones religiosas, política explosiva y un plan casi cinematográfico.
Inglaterra dividida: el contexto político y religioso
Para entender la conspiración, hay que retroceder a una Inglaterra marcada por la ruptura religiosa. Desde que Enrique VIII rompiera con la Iglesia católica en el siglo XVI, los monarcas Tudor habían impuesto el anglicanismo como religión oficial. Bajo el reinado de Isabel I, los católicos fueron perseguidos, multados y marginados socialmente. El ascenso de Jacobo I, en 1603, había despertado esperanzas entre los católicos, pues se creía más tolerante. Pero no pasó mucho tiempo antes de que esas ilusiones se desvanecieran.
Jacobo I mantuvo las leyes anticatólicas, y la frustración comenzó a hervir. En este ambiente enrarecido, un grupo de nobles y soldados católicos comenzó a tramar una idea radical: eliminar al rey, a sus ministros y a todos los lores protestantes de una sola vez, haciendo volar la Cámara de los Lores durante la apertura del Parlamento. El objetivo era claro: desestabilizar el sistema y colocar en el trono a una monarca católica.
Guy Fawkes: del soldado a la pólvora
Guy Fawkes no fue el ideólogo del plan, pero sí su ejecutor. Nacido en York en 1570, en una familia católica, Fawkes se convirtió en un ferviente creyente. De joven, sirvió como soldado en los Países Bajos bajo bandera española, donde adquirió experiencia en explosivos. Allí cambió incluso su nombre por "Guido Fawkes", reforzando su identidad católica internacional.
Cuando regresó a Inglaterra, fue reclutado por Robert Catesby, el líder del complot, quien veía en él al hombre ideal para manejar la parte más peligrosa del plan: detonar la pólvora en el momento justo.
La conspiración toma forma
Los conspiradores alquilaron una casa cerca del Parlamento y luego un sótano justo debajo de la Cámara de los Lores. Allí, Fawkes almacenó 36 barriles de pólvora, una cantidad suficiente para reducir el edificio a escombros. El ataque estaba planeado para el 5 de noviembre de 1605, durante la ceremonia de apertura del Parlamento, con la presencia del rey Jacobo I.
Sin embargo, la conspiración comenzó a desmoronarse desde dentro. Uno de los conspiradores, temiendo que católicos inocentes pudieran morir, envió una carta anónima advirtiendo del ataque. La carta llegó a manos del gobierno, y la noche anterior a la apertura, soldados registraron los sótanos.
Allí encontraron a Fawkes, con las mechas y los explosivos listos.
Arresto, tortura y ejecución
Guy Fawkes fue arrestado y, tras varios días de tortura en la Torre de Londres, confesó los detalles del complot. Sus compañeros fueron capturados, juzgados y condenados a muerte. En enero de 1606, Fawkes fue ahorcado y descuartizado, un castigo reservado a los traidores. Su muerte fue cruel, pero su historia no se olvidó.
De traidor a símbolo
El gobierno estableció el 5 de noviembre como día de acción de gracias nacional. Durante siglos, los británicos encendieron hogueras, quemaron efigies de Fawkes y celebraron la salvación del rey. Pero con el tiempo, el significado del personaje cambió.
En el siglo XX, y sobre todo tras la novela gráfica y la película V for Vendetta, la máscara de Guy Fawkes pasó de representar a un traidor a encarnar la lucha contra la opresión. Hoy, su rostro es utilizado por movimientos de protesta, desde Anonymous hasta activistas en todo el mundo.
Conclusión
La conspiración de la pólvora fue un episodio breve pero poderoso que condensó las tensiones religiosas, políticas y sociales de la Inglaterra del siglo XVII. Aunque fracasó, su eco se ha extendido durante siglos, y la figura de Guy Fawkes sigue siendo recordada cada noviembre… y cada vez que alguien se atreve a desafiar el poder con una máscara blanca y una sonrisa irónica.
JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 17 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
LA EDAD MODERNA (SIGLOS XV-XVIII) 2016Autor/es: Luis Ribot;
Editorial: : MARCIAL PONS HISTORIA
Martínez Shaw, C. (2007). La conspiración de la pólvora: religión y política en la Inglaterra de Jacobo I. Madrid: Editorial Síntesis.
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