EL AÑO DE LOS CUATRO EMPERADORES: ROMA AL BORDE DEL ABISMO.

 En el año 69 d.C., el Imperio romano vivió una de las crisis políticas más intensas de su historia. En apenas doce meses, cuatro hombres se sucedieron en el trono imperial en una cadena de traiciones, guerras civiles y ambiciones desbordadas. Fue un año de incertidumbre, donde la estabilidad que había logrado Augusto parecía tambalearse de forma irreversible. Roma, acostumbrada a la firmeza de un emperador único, se convirtió en un campo de batalla por la púrpura.

GALBA, OTÓN, VITELIO Y VESPASIANO.

Todo comenzó con la muerte de Nerón en junio del 68. Su suicidio puso fin a la dinastía Julio-Claudia, la misma que había iniciado con Augusto un siglo antes. El vacío de poder que dejó fue inmenso. El Senado, los ejércitos y las provincias quedaron sin una figura clara de autoridad, y pronto quedó claro que el nuevo emperador no sería elegido en Roma, sino en los cuarteles.

El primero en tomar el control fue Galba, un anciano gobernador de Hispania Tarraconensis. Aclamado por sus tropas y aprobado por el Senado, Galba llegó a Roma con la promesa de restaurar la moral y la disciplina. Pero su mandato fue breve. Frío, autoritario y poco hábil políticamente, cometió un error fatal: se negó a pagar el donativo prometido a los soldados que lo habían aupado. Además, nombró sucesor a Lucio Calpurnio Pisón, ignorando al influyente general Otón, que había aspirado al trono. Otón no tardó en reaccionar. En enero del 69, promovió un golpe de Estado y Galba fue asesinado en las calles de Roma. El cadáver del emperador, mutilado, fue expuesto ante la plebe. Otón se ceñía la corona en medio del caos.

Pero Otón no gobernaría en paz. Desde las provincias del norte, el gobernador de Germania Superior, Vitelio, también había sido proclamado emperador por sus legiones. Los ejércitos del Rin marcharon hacia Italia y en abril se libró la decisiva batalla de Bedriacum, en la que Otón fue derrotado. En un gesto que la historia recordaría con respeto, se suicidó para evitar una nueva guerra civil. Roma tuvo entonces su tercer emperador en apenas cuatro meses.

Vitelio tomó el poder con el respaldo de las legiones germanas, pero su gobierno fue un desastre. Se entregó a la glotonería, los banquetes interminables y una administración caótica. Mientras tanto, en el lejano oriente del Imperio, otra figura emergía: Tito Flavio Vespasiano, un general veterano que comandaba las fuerzas romanas en Judea durante la Gran Revuelta Judía. Sus legiones, firmes y disciplinadas, lo proclamaron emperador en julio de ese mismo año. Comenzaba así una nueva guerra civil.

Los partidarios de Vespasiano avanzaron desde el este, cruzaron los Balcanes y, una vez más, chocaron con el ejército imperial en Bedriacum. Esta vez, Vitelio fue derrotado. Intentó negociar, buscó refugio y trató de huir, pero fue capturado por los soldados de Vespasiano. El 20 de diciembre del 69, fue arrastrado por las calles de Roma, torturado y ejecutado. Su cadáver fue arrojado al Tíber. El terror de la guerra civil daba paso a una nueva dinastía: la dinastía Flavia.

EMPERADOR VITELIO.

Con Vespasiano en el poder, el Imperio respiró. Su ascenso no fue solo una victoria personal, sino también un punto de inflexión. En un solo año, Roma había probado los límites de su sistema, había visto caer tres emperadores, se había desangrado en luchas internas y, sin embargo, había sobrevivido. El año 69 no solo marcó el fin de una etapa, sino que enseñó a Roma una lección dura pero necesaria: en un imperio tan vasto, el poder real ya no se decidía en el Senado, sino en los campamentos de las legiones.

El Año de los Cuatro Emperadores fue el momento en que Roma estuvo más cerca de devorarse a sí misma. Fue el año en que el imperio, tambaleante, miró al abismo… y no cayó.

JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.

Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:

- HISTORIA ANTIGUA UNIVERSAL II. EL MUNDO ROMANO (2ª)
Autor/es: Fernández Uriel, Pilar. Editorial: U.N.E.D.